Coronavirus: Los cambios en el mundo en un año de pandemia
AP
Nadie ha salido indemne.
Ni la mujer de Michigan que se despertó una mañana con su esposa fallecida al lado. Ni la trabajadora doméstica en Mozambique cuyo sustento quedó amenazado por el virus. Ni la estudiante de secundaria exiliada de su clase en un abrir y cerrar de ojos.
Ocurrió hace un año. “Yo esperaba volver después de esa semana”, dijo Darelyn Maldonado, de 12 años. “No pensé que tomaría años”.
El 11 de marzo de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró una pandemia, pocos podían prever el largo camino por delante ni las muchas formas en las que sufrirían: la muerte y agonía de millones de personas, economías en ruinas, vidas paralizadas y una soledad y un aislamiento casi universales.
Un año después, algunos sueñan con el regreso a la normalidad gracias a unas vacunas que parecieron materializarse como por arte de magia. Otros viven en lugares donde la magia parece estar reservada para mundos más ricos.
Al mismo tiempo, la gente está echando la vista atrás a dónde estaban cuando entendieron por primera vez el cambio drástico que daría su vida.
El 11 de marzo de 2020, los casos confirmados de COVID-19 sumaban 125.000 y las muertes reportadas superaban por poco las 5.000. Hoy, 117 millones de personas se han infectado en todo el mundo y, según la Universidad Johns Hopkins, más de 2,6 millones han fallecido.
En ese día, Italia cerró tiendas y restaurantes luego de aislarse tras alcanzar los 10.000 contagios. La NBA suspendió su temporada y Tom Hanks, que grababa una película en Australia, anunció que se había infectado.
Esa noche, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirigió a la nación para anunciar restricciones de viaje a Europa que provocaron una disputa transatlántica. Los aeropuertos se llenaron de multitudes sin mascarilla en los días posteriores. Pronto quedarían vacíos.
Y eso, para gran parte del mundo, fue solo el principio.
Hoy, gracias a que ya está vacunada, Maggie Sedidi es optimista y cree que la vida normal podría reanudarse en uno o dos años.
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