Coronación de la Virgen María como Reina y Madre
María García de Fleury
La más bella de las criaturas de Dios de su Madre, la Virgen María, no hay comparación. El nombre más dulce que podemos pronunciar después del de nuestro Señor es el de María, nuestra madre espiritual y nuestra reina.
Nunca podremos hacer lo suficiente para honrarla y celebrarla. Qué interesante sería que pudiéramos saber y ver qué fue lo que pasó ese día en el cielo cuando Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo coronaron a la Virgen María como reina y madre del cielo y de la tierra.
Ha debido ser un espectáculo maravilloso. Una de las grandes místicas de la historia de la iglesia, la Venerable Madre María de Ágreda, recibió esa visión. Ella registró y conservó esta visión en una obra maestra sobre nuestra señora que tituló La Ciudad Mística de Dios.
Allí dice que después de colocar a la Santísima María en ese altísimo y supereminente trono junto a su Hijo, el Padre Eterno le habló a los ángeles y a los santos y les dijo, nuestra hija María fue escogida entre todas las criaturas y siempre mantuvo el título y la posición de verdadera hija, tal como le habíamos dado en nuestra mente divina.
Ella tiene un derecho sobre nuestro dominio que reconoceremos coronándola como señora y soberana legítima e incomparable. Dios Hijo, el verbo encarnado, dijo ese día, a mi madre verdadera y natural pertenecen todas las criaturas que fueron creadas y redimidas por mí y de todas las cosas sobre las cuales soy rey, ella también será la reina legítima y suprema.
El Espíritu Santo dijo, por ser llamada mi esposa amada y elegida merece ser coronada reina por toda la eternidad. Después de decir esto, las tres divinas personas pusieron sobre la cabeza de María Santísima una corona de tal esplendor y valor que ninguna criatura semejante ha visto ni antes ni después.
Después de que esta hermosísima corona fue colocada sobre la cabeza de Nuestra Señora, la Venerable María de Ágreda afirma que escuchó una voz desde el trono que decretó todas estas cosas hermosas sobre Nuestra Señora y dijo, ella es la reina de los ángeles, ella es la reina de los hombres, todo el infierno le teme como su emperatriz y señora suprema, ella es la emperatriz y señora de la iglesia militante, su protectora, defensora, madre y maestra.
Siempre que la invocamos de corazón, ella tiene poder para aliviarnos y ayudarnos en nuestras necesidades y trabajos, ella es la defensora de los justos, tiene poder para reconfortarlos, consolarlos y colmarlos de bendiciones según su devoción hacia ella.
Ella ha sido hecha tesorera de todas las gracias del cielo y todo lo que recibimos de Dios pasa por sus manos, tiene una impotencia suplicante, todo lo que pide lo obtiene porque agrada perfectamente a Dios. ¿Qué poder y protección podemos encontrar viviendo bajo el manto de la reina del cielo?
Amigos, si el Todopoderoso le ha concedido tantos privilegios como madre suya y ha puesto tantas posibilidades de ayuda en sus manos únicamente para el beneficio de los seres humanos, vamos a invocarla, vamos a pedirle que interceda por nosotros en nuestras necesidades, recemos a diario el rosario que es la oración que a ella más le gusta porque al fin y al cabo ella es la reina del cielo y de la tierra, la madre de Dios y con Dios siempre ganamos.
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