Copa América | «Messiánicos» peregrinan en espera de un milagro para Argentina - 800Noticias
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EFE

Si Diego Armando Maradona tiene su propia iglesia, Lionel Messi está muy cerca de tener la suya propia, capaz de mover masas de miles de argentinos hasta Brasil para muchos de ellos verlo en vivo por vez primera, a la espera de que otro milagro que salve a Argentina una vez más.

Hasta la sureña ciudad brasileña de Porto Alegre (Brasil) llegaron este domingo, día de eucaristía, familias enteras que profesan la fe «Messiánica» para llenar el templo del Gremio en el decisivo partido que Argentina tiene frente a Catar, donde se juega el pase a los cuartos de final de la Copa América.

Desde primeras horas de la mañana argentinos llegados a Porto Alegre desde las regiones del norte de Argentina e incluso desde Buenos Aires lucían sus banderas y camisetas albicelestes, la inmensa mayoría de ellas con el número 10 y el nombre de Messi estampado en la espalda.

«Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, y de la mano de ‘Leo’ Messi, todos la vuelta vamos a dar» es el canto que más se repetía entre los argentinos que a medida que se acercaba el partido se arremolinaban en los acceso al estadio Arena do Grêmio.

Así las esperanzas de la clasificación de Argentina para los cuartos de final de la Copa América se concentran en la estrella del Barcelona, sobre quien recae la responsabilidad de ganar a Catar para asegurar la permanencia de la Albiceleste en el torneo y salvarla del fracaso que supondría caer eliminada en primera ronda.

Entre los fieles devotos de Messi estaba Franco Nardelli y su padre Carlos, que han viajado 700 kilómetros en automóvil desde el municipio de Paso de los Libres, en la norteña argentina de Corrientes, para ver por primera vez a Messi.

«En Messi siempre tenemos nuestra ilusión. La ilusión argentina está en él. Si él puede jugar y hacer lo que él sabe, Argentina va a ganar», comentó Franco a la Agencia Efe.

«Soy un gran fanático de Messi y es la primera vez que lo voy a ver en vivo, también mi ‘viejo'», agregó el hincha mientras mostraba un tatuaje del delantero argentino en su gemelo izquierdo.

Su padre Carlos también manifestó a Efe su tremenda emoción por ver a Messi por primera vez en vivo porque destacó que es un jugador «único».

«Si marca un gol Messi, yo lloro», apuntó Carlos, quien lucía una camiseta del Newell’s Old Boys, el club donde comenzó a jugar Messi cuando todavía era un niño, antes de que el Barcelona se lo llevase a su escuela.

Desde Santa Fe, tras un viaje por carretera de 17 horas y casi 1.300 kilómetros, entraban al estadio los hermanos Antonio y Germán Garay, acompañados por su padre y sus hijos, todos ellos orgullosos con la camiseta de Messi.

«La ilusión es Messi. Él es el argentino más maltratado de todos pero acá estamos los que viajamos horas y horas. Hacemos muchos kilómetros sin dormir para hacer el aguante a Argentina y obviamente a Messi. Él es nuestra carta de poder», señaló Antonio a Efe.

Su hermano Germán reconoció que el equipo también debe ayudarlo, y que no le importa si el gol lo hace otro jugador mientras Argentina gane el partido, «pero Messi es el que marca la diferencia».

Solo la estrella de Argentina y la urgencia de ganar de la Albiceleste tuvo el poder de prácticamente llenar las 55.000 butacas del estadio del estadio del Gremio de Porto Alegre, que registró una tibia entrada en el partido entre Venezuela y Perú y la ocupación rozó los tres cuartos en el encuentro entre Uruguay y Japón.

Así los elementos están dados para que la comunión entre jugadores y seguidores encumbre una vez a Messi a los altares del fútbol argentino, o al menos para que Argentina no quede eliminada en la primera fase del formato actual de la Copa América por primera vez en su historia.

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