Consiguen activar un implante coclear a distancia a pesar del confinamiento
EFE
Audiólogos de la Universidad de Southampton consiguieron activar por primera vez un implante coclear a distancia a una niña de dieciocho meses, que permanece confinada en su casa de Camberley (en el condado de Surrey), por las restricciones establecidas como consecuencia del coronavirus.
Los expertos lograron establecer una conexión a través de internet para permitir que el dispositivo se encendiera y que la pequeña Margarida Cibrao-Roque pudiera oír por primera vez, a pesar de que la clínica del complejo universitario está cerrada para los pacientes.
La profesora Hellen Cullington, del servicio de implantes auditivos de la universidad, fue la encargada de activar el implante desde su propia casa.
“Por lo general, hacemos la activación de un implante coclear en nuestra clínica en la universidad, pero, con un poco de creatividad técnica y algunos consejos de colegas de Australia, pudimos hacer todo lo necesario a través de Internet”, señaló Cullington en un comunicado.
“La sesión fue realmente bien y todos quedaron encantados con el resultado”, añadió.
Un implante coclear es un dispositivo electrónico que usa micrófonos en un receptor externo para coger el sonido, el cual se transmite a través de señales eléctricas a un electrodo que se ha introducido previamente en el oído interno del paciente mediante una cirugía.
Cuando el implante se activa, señala la Universidad, los estímulos eléctricos van aumentando muy despacio y de forma gradual a fin de comprobar la reacción del niño y la respuesta de su nervio auditivo.
El equipo encontró la forma de hacer estas pruebas a través de Internet, con un enlace de vídeo para seguir el progreso, y la ayuda de programas y equipos especializados.
“Cuando se enciende [el dispositivo], un niño comienza a escuchar sus procesadores por primera vez, y pueden escuchar lo que les rodea”, señaló la profesora Cullington.
“Sin embargo, lleva mucho tiempo acostumbrarse a esto y, especialmente en bebés y niños que nunca han oído antes, el cerebro tiene que aprender a comprender estos sonidos”, destacó.
Margarida nació sorda debido al síndrome de Usher tipo 1, una afección que conduce a la pérdida de audición por anomalías en el oído interno.
“La posibilidad de que Margarida me llame mamá algún día sería un mundo”, señaló su madre, Joana Cibrao, que agradeció “el esfuerzo” al equipo de Southampton.
“Podremos hablar con nuestra hija, jugar con ella, podrá ver la televisión, cosas que se dan por sentado que ella no tiene, así que esto es realmente una victoria”, apostilló.
Los audiólogos de la Universidad de Southampton seguirán el progreso de la niña y esperan poder activar más implantes cocleares a distancia en las próximas semanas. EFE