Conoce el síndrome de la cabaña en tiempos de pandemia
Agencias
El aislamiento llegó por sorpresa a nuestras vidas y manejar herramientas emocionales para permanecer en un mismo lugar durante tanto tiempo es indispensable. ¿Qué sucede cuando nos sentimos encerrados incluso estando en nuestra casa? Muchas personas hablan estos días del síndrome cabin fever, es decir, del síndrome de la cabaña.
¿Qué es el síndrome de la cabaña?
El síndrome de la cabaña es un estado que, sin llegar a ser una claustrofobia, se relaciona con percibir el lugar donde estamos pasando la cuarentena como una cabaña, es decir, sentimos el espacio pequeño y agobiante pero seguro. Este síndrome comenzó a describirse aproximadamente en 1.900, cuando los cazadores y buscadores de oro de Estados Unidos pasaban meses en sus cabañas para trabajar. El aislamiento les producía desconfianza y, a su vez, una negativa a volver a la civilización.
¿A quiénes afecta?
Principalmente a ancianos y personas con perfiles de personalidad más hipocondriaca o ansiosa.
¿Cuáles son sus síntomas?
Letargia: sentirse cansado, con dificultad para levantarse del sofá o la cama.
Dificultades de atención: problemas de concentración y, por lo tanto, ciertos despistes o déficits de memoria.
Apatía o falta de motivación.
Ansiedad
Emociones y sentimientos desagradables, como angustia, miedo, inseguridad, tristeza o frustración.
Miedo al exterior, es decir, a salir del espacio donde se ha estado durante un tiempo aislado.
Si lo padecemos, ¿qué podemos hacer?
Se puede trabajar de forma autónoma pero, si el miedo persiste, es importante acudir a un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o psicólogo.
Darnos tiempo. Hemos salido de nuestra zona de confort, estamos ante una pandemia y por lo tanto, es comprensible tener un abanico de emociones y sentimientos contradictorios. Darnos tiempo para aceptar y gestionar la nueva situación.
No reprimir las emociones.
Exponernos progresivamente. Salir de forma paulatina para enfrentarse al miedo y a la inseguridad que produce la exposición con el exterior.
El ser humano es capaz de adaptarse, presentar resiliencia y afrontar los problemas, por ello, cada uno de nosotros debemos confiar en nuestra capacidad, buscar recursos y superar del mejor modo esta situación. Es un trabajo personal y muy enriquecedor. Como dijo J.R.R. Tolkien: “solo atravesando la noche se llega a la mañana”.
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