Conoce el dañino ingrediente, además del azúcar, en muchos chicles y golosinas
Agencias
Más de una vez habrás escuchado aquello de “no te tragues el chicle porque tu sistema digestivo tardará años en procesarlo y eliminarlo”. Pues bien, la Sociedad Química Americana se encargó de desbaratar el mito el año pasado, explicando cómo el cuerpo es capaz de descomponer esta golosina como lo hace con el resto de alimentos.
Pero la ingesta de goma de mascar, sabemos ahora gracias a un reciente estudio de la Universidad Estatal Binghamton de Nueva York publicado en la revista Nano Impact, sí encierra otros peligros para la salud, más allá de su contenido de azúcares industriales.
La capacidad de las células del intestino delgado para absorber los nutrientes y actuar como barrera contra agentes patógenos es «significativamente disminuida» tras la exposición crónica a nanopartículas de dióxido de titanio, un aditivo comúnmente añadido a alimentos que van desde chicle al pan.
Para probarlo, los investigadores expusieron un pequeño cultivo de células intestinales a nanopartículas de óxido de titanio —30 nanómetros, lo que equivaldría al contenido regular de esta sustancia en comidas— a lo largo de cuatro horas y en tres a cinco dosis diarias, como si se tratara de meriendas.
La exposición crónica disminuyó la absorción de las células intestinales llamadas microvilli o microvellosidades, con lo cual el desempeño de la barrera intestinal se debilitó, el metabolismo se ralentizó y algunos nutrientes -el hierro, el zinc y los ácidos grasos, específicamente- fueron más difíciles de absorber. Las funciones enzimáticas también se vieron afectadas y se registraron señales de inflamación intestinal.
El dióxido de titanio es generalmente reconocido como seguro por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, y su ingestión es casi inevitable cuando se consumen alimentos procesados (suaviza chocolates, colorea donas, abrillanta leches descremadas). También se emplea en la pigmentación blanca de pinturas, papel y plásticos y es un ingrediente activo en filtros solares. Además, puede entrar en el sistema digestivo también a través de pastas dentífricas, pues se lo emplea para crear la abrasión necesaria para la limpieza dental.
Un estudio de la Universidad Estatal de Arizona 2012 evaluó 89 comidas comunes incluyendo chicle, chocolate Twinkies y mayonesa y encontró que todos ellos contenían dióxido de titanio.
«Para evitar los alimentos ricos en nanopartículas de óxido de titanio debe evitar los alimentos procesados, y sobre todo los dulces. Es ahí donde se ven muchas nanopartículas», dijo Gretchen Mahler, profesora adjunta de Ingeniería Biomédica, una de las autoras del artículo.