¿Cómo salir de un bucle que no te deja avanzar? - 800Noticias
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La salud mental nos preocupa cada vez más. Atrás van quedando los estigmas y tabúes a la hora de cuidar nuestro cerebro y nuestro bienestar mental, pero todavía nos surgen muchísimas dudas a la hora de afrontar un problema que no es físico. Uno de los más habituales a los que plantar cara es salir de un bucle que no nos deja continuar con nuestra rutina diaria. Pensamientos recurrentes, obsesiones o sentimientos que se quedan enquistados y que si no se tratan con rapidez pueden derivar en problemas de salud mental mucho mayores.

El miedo, la angustia, las obsesiones o la ansiedad son laberintos en los que es fácil sentirnos perdidos. Entender estos estados mentales y, sobre todo, aprender a encontrar una salida es uno de los objetivos del libro ‘¿Por dónde se sale?’ (Ed. Planeta) de la psiquiatra Anabel González. Es ella la que nos explica que la seguridad es una de las claves para deshacer esos bucles y fortalecer la salud mental.

“A veces el miedo es muy evidente, notamos cómo nos impide pensar con claridad, cómo nos paraliza. Otras veces se esconde debajo de muchos disfraces: obsesiones que no nos podemos quitar de la cabeza, problemas físicos que parecen no relacionarse con nada, enfado o tristeza que nos dominan, aislamiento o dificultades para conectar con los demás», nos dice.

«Por supuesto, podemos tener problemas con muchas emociones distintas, pero un elemento común de esas dificultades emocionales es el miedo a sentir, la falta de seguridad interna que nos impide manejar la vida”, explica la psiquiatra, psicoterapeuta y doctora en Medicina que además es presidenta de la Asociación EMDR España y autora de otros libros como ‘Lo bueno de tener un mal día’ o ‘Las cicatrices no duelen’.

Salud mental y miedos

Algunos cambios vitales pueden suponer también cambios mentales difíciles de asumir en algunas etapas de nuestra existencia y que hacen que nuestra salud mental se tambalee. No todo el mundo afronta igual un cambio de ciudad, de situación sentimental o laboral, igual que no todas las personas reaccionan igual ante determinadas presiones, el estrés de un nuevo reto por delante o mil y una situaciones con las que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra vida.

“El miedo es una respuesta repentina, intensa, pero pasajera. La ansiedad, en cambio, es una activación que se prolonga en el tiempo y suele acompañarse de aprensión y preocupación. El miedo se activa ante un peligro que está ante nosotros, mientras que la ansiedad se proyecta al futuro”, nos dice la psiquiatra.

“El miedo puede aprenderse, y puede, por decirlo así, ‘quedarse pegado’ a elementos que no son en sí mismos atemorizantes. Este es el mecanismo por el que muchas veces se generan las fobias”.

Ante esto, no todos reaccionamos igual ni en el mismo periodo de tiempo ni con las mismas herramientas para mantener fuerte nuestra salud mental. ¿Por qué algunas personas no consiguen volver a estar bien después de pasar por una situación difícil y desarrollan ansiedad y fobias?

«Las razones son complejas, pero uno de los factores que hacen que ciertas personas sigan percibiendo peligros desproporcionados o inexistentes es que nunca comprueban si esas cosas que les asustan son o no peligrosas, porque se centran con todas sus fuerzas en evitarlas”.

La autora de ‘¿Por dónde se sale?’ añade además que “es esencial tomar conciencia del momento en el que el peligro ha pasado. Tomar conciencia desde la emoción, sentirlo en el cuerpo, de la cabeza a los pies. Quizás mientras todo pasaba estábamos aturdidos; nuestra capacidad de pensar, ausente, con demasiado miedo dentro. Pasado el momento, pensar en la situación de peligro puede costarnos, aún nos asusta, pero no se trata de eso. El momento importante es el que marcó que el peligro había terminado”.

Seguridad para salir adelante

“El proceso de adquirir seguridad no es únicamente un trabajo de introspección, no basta con mirar hacia dentro, aunque es fundamental, y seguramente será el sitio para empezar. Cuando hayamos cargado un poco las baterías, hemos de empezar a aventurarnos en el mundo, en las relaciones, en lo nuevo. Necesitamos cultivar la curiosidad e ir haciendo que esta sustituya al miedo como motivo central de nuestros actos”, recomienda en el libro.

“Es fundamental que estemos siempre dispuestos a que nos rompan los esquemas, a que la vida y la gente nos sorprendan, para bien o para mal; de hecho, creo firmemente que es muy sano disfrutar de ello. Ahí empezaremos a plantearnos la vida como descubrimiento y empezaremos a ser verdaderos exploradores”, concluye.

Salir de un bucle de negatividad

No siempre es sencillo dejar a un lado los pensamientos negativos ante una ruptura sentimental, un fracaso laboral o una pérdida de cualquier tipo. Y no siempre nos damos cuenta de que podemos tener algún problema de salud mental. Siempre es recomendable pedir ayuda profesional cuando sentimos que no podemos con todo y que necesitamos una mano que nos guíe para ver la salida.

Si quieres ir avanzando, una buena idea es escribir esos pensamientos que te quitan el sueño o parte de tu alegría. Podrás ver plasmado en un papel qué es lo que te hace sentir frustrado y quizá así veas que lo que te baila en la cabeza sin parar no es tan importante como pensabas en un primer momento.

El autocuidado es fundamental siempre y más en estos casos. Date el gusto de salir a pasear, de comer algo delicioso, de ponerte una crema que huela a algo que te haga sentir bien o de quedar con amigos para una charla que te aleje de pensamientos negativos. Rodéate de gente que te quiera y te haga sentir bien.

No fuerces nada. Date tiempo y perdónate a ti mismo. No te juzgues ni te exijas demasiado en ciertos momentos y trata de pensar que todo va a mejorar y que es necesario buscar una solución para tirar hacia adelante. Recuerda que la vida está llena de momentos buenos y no tan buenos. Que todos pasamos por situaciones así y que no eres el único en el mundo.

Pide ayuda a quien te quiere y a profesionales de la salud mental. No te avergüences de nada. Y siempre trata de buscar el lado positivo, muchas veces, de los peores momentos, uno sale reforzado y con un aprendizaje necesario para ser más fuerte y afrontar lo que llegue con una actitud mucho más positiva.

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Con información de Vozpopuli

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