Cómo distinguir una gripe de un simple catarro (y cuándo deja de ser contagioso)
Agencias
Todos lo hemos vivido y en más de una ocasión. Horas —a veces días— en la cama con la manta hasta las orejas, entonando una sinfonía de toses y estornudos y el cuerpo como si hubiese disputado un torneo de MMA. La duda: ¿será gripe estacional o un simple resfriado?
Aunque el tratamiento es parecido en uno y otro caso, saber distinguirlos le dará una perspectiva de a lo que se enfrenta y cúanto tiempo tardará en recuperarse.
No todas las gripes A son la porcina
Ambas son enfermedades infecciosas víricas. La diferencia está en el virus que hay detrás. El 40% de los catarros comunes suelen estar provocados por el rinovirus y el coronavirus, mientras que la gripe estacional la produce una familia denominada orthomyxovirus, concretamente por los tipos A, B y C de influenza.
La diferencia es sustancial. Para que se haga una idea, una pequeña variación en la combinación de las proteínas que componen este último, como detalla la OMS, puede dar lugar a una pandemia como la de la conocida gripe A de 2009, provocada por el tipo A(H1N1)pdm09. «Los linajes que más pandemias han provocado son los A y B», explica la doctora Cecilia Almuiña, directora del International Medical Institute de Vithas Internacional.
Pese a todo, muchas veces no sabemos cuál de los dos procesos nos tiene atados a la cama. En la mayoría de los casos, el cuadro sintomático es muy similar: tos, estornudos, dolor de garganta (faringe) y cabeza (cefalea), congestión, mucosidad en las vías respiratorias superiores y molestias musculares inespecíficas. Entonces, ¿cómo podemos diferenciarlos?
Si alguna vez ha pasado la gripe, sabe la diferencia
Hay algunas pistas. La primera es que, aunque los resfriados pueden dar febrícula, la fiebre «es más típica de la gripe», según la doctora. Otros síntomas propios: «El dolor muscular y articular (mialgia o artromialgia), las manifestaciones respiratorias (principalmente, tos y congestión), molestias al mover los ojos, escalofríos, fotofobia y en algunos casos manifestaciones digestivas, como vómitos o diarrea».
Por lo general, explica Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid, «la gripe suele ser una enfermedad mucho más postrante e invalidante que un catarro normal. El cuadro de los síntomas es mucho más exagerado, especialmente en la fiebre, en los dolores articulares y musculares, más dolor de cabeza, a veces los síntomas respiratorios no son tan floridos como en el catarro, y la tos —que en ambos casos es de tipo irritativo— suele persistir más en la gripe. Pero en especial, ese grado de invalidez o postración que es mayor en la gripe».
¿Cuánto duran?
De que tenga uno u otra dependerá el tiempo que tardará en salir de la cama. En el caso de la gripe, apunta Almuiña, «la recuperación será según la tolerancia y adaptación de cada uno. Los peores días suelen ser desde los dos hasta los cinco primeros, aunque es posible que sea necesaria una semana de descanso». Aún así no debemos cantar victoria, pues «la tos podría persistir una o dos semanas más, así como un consiguiente cuadro de astenia postgripal [cansancio]».
La duración del catarro común, en cambio, es muy variable, indica la experta, ya que a veces se asocia a un componente alérgico que provoca molestias como faringitis, rinitis o conjuntivitis, aunque no haya infección. «La gente piensa que lleva un mes con el resfriado, pero realmente se ha exacerbado una alergia», sentencia Almuiña.
¿Antihistamínicos para el catarro?
¿Es en estos casos efectivo el antihistamínico? Ayudan con la congestión nasal. De hecho, muchos de los que conocemos como antigripales contienen antihistamínicos del tipo clorfenamina que alivian la rinitis. Además, contienen analgésico y antipirético —para combatir la fiebre— del tipo paracetamol o ácido acetilsalicílico y un descongestivo del tipo pseudoefedrina o fenilefrina, que alivian la congestión nasal; y sirven tanto para el catarro como para la gripe.
En su caso, «la gripe puede producir complicaciones graves en pacientes de riesgo, como neumonías o problemas cardiológicos (que se tratan con retrovirales)», explica Almuiña. Pero «en ningún caso se deben tomar antibióticos sin receta médica». España es el segundo país que más antibióticos consume en Europa y el 30% de ellos se toman sin prescripción médica. Esto conlleva riesgos como, por ejemplo, enmascarar síntomas de enfermedades aún no diagnosticadas.
Solo en los casos de pacientes riesgo —personas mayores o aquellas ocn una enfermedad añadida— se debe visitar al médico cuando se padece una gripe. Sánchez Chillón es muy claro: «Tenemos que aprender a identificar cuándo es una cosa grave como para ir al médico y cuándo no, porque un catarro es una enfermedad banal. Cuando has pasado la gripe una vez en tu vida no sueles tener problemas para identificarlo», aclara.
El desarrollo especialmente virulento de la gripe en determinados grupos de población, como las personas mayores, hacen recomendable la aplicación de una vacuna preventiva. Esta se renueva cada año bajo las recomendaciones de la OMS, ya que el virus experimenta mutaciones de forma regular que hacen que no podamos inmunizarnos por completo: un 40% de los vacunados la cogerá. Este año más: la campaña de la vacuna ha pinchado, con una eficacia de tan solo un 25% frente al 40% a 60% habitual, según hemos sabido estos días.
¿Cuándo se es contagioso?
Si no queremos ser responsables de un futuro postapocalíptico como el de Doce Monos o al menos de una semana extenuante para nuestros compañeros de escritorio, deberíamos tener en cuenta una serie de datos para no propagar el virus del catarro y, en su caso, de la gripe.
La velocidad de un estornudo está entre 50 y 70 km/h y la saliva —así como los gérmenes que viajan en ella— puede llegar a cubrir un área de hasta siete metros, lo cual lo convierte en una especie de bazuca viral. Aunque las vías respiratorias son el principal medio de contagio, un estudio sugirió que la entrada transocular también puede ocurrir.
Una de las preguntas más extendidas en oleadas de catarro y gripe: ¿eres contagioso? La respuesta es sí desde las 24 horas antes del inicio de los síntomas y hasta siete días después. El período de incubación de la gripe es de uno a cuatro días, desde que se entra en contacto con el virus hasta que aparecen de forma súbita los síntomas.