Cómo combatir la maldad, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Los conceptos del bien y del mal han dado mucho de que hablar a lo largo de la historia, sobre todo porque el alma humana puede acercarse a los dos. Por distintas razones hay personas que caminan por la vida pensando que cualquier daño que sufran otros son una ventaja para ellos y por eso se alegran e incluso buscan causarlo. Amigo, no nacemos ni buenos, ni malos, sino que cultivamos la bondad y la maldad a medida que crecemos emocionalmente.
La neurología y la psicología explican que una persona mala no es la que tiene aspecto de serlo, sino aquella que mantiene actitudes negativas en su vida, que actúa buscando molestar o dañar a los demás. El entorno en que las personas se desenvuelven las hace más cercanas a la bondad o a la maldad, por eso la personalidad se ve influida por la combinación entre las cualidades innatas, el entorno y la vivencia que se tiene especialmente en los primeros años de vida.
Normalmente una persona mala tiene baja autoestima y por eso tiende a actuar nocivamente con las personas a su alrededor para tratar de sentirse mejor. Una persona mala normalmente busca su beneficio propio en todas las cosas que hace, dice o piensa, así sea que tenga que fingir que tiene un interés verdadero. Por eso la gente mala normalmente es manipuladora, nunca intenta comprender a los demás, son celosos, mentirosos, les encanta un chisme y tratan de opacar la felicidad de otros minimizando los momentos buenos, ya sea sembrando intriga o recordándole a la otra persona alguna mala situación.
En general las personas malas son inteligentes, astutas, pero no saben manejar la inteligencia emocional y por eso pierden con facilidad el control sobre sí, mismas, Esto hace que se sientan vulnerables porque sus mayores inseguridades se ponen en evidencia.
Si a una persona mala le respondes con maldad, lo que hará es hacer crecer el daño, el rencor o la venganza, a quién destruye es a ti.
A la personas malas hay dos formas de sobrellevarlas, o bien enfrentándolas haciéndole ver que conoces su intenciones negativas y esto les dará mucha rabia, o sencillamente distanciándote de esta persona. Al distanciarte le restas poder sobre ti y le pones freno, aléjate de esa persona y vivirás más feliz, busca personas que sumen a tu vida, que te animen a ser mejor. A nuestro alrededor hay maldad, odio, violencia, miedo, por eso es necesario educar en valores que contribuyen a un bienestar social e individual, valores que impidan una escalada de las actitudes censurables a nuestro alrededor. No podemos permitir la maldad a nuestro alrededor, al igual que tampoco podemos castigar con maldad.
Albert Einstein decía que el mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad. Ante un mal gesto, responde como una buena acción, al actuar con bondad no liberamos al otro de su cometido, pero si nos libramos nosotros a mismos de las emociones negativas. Jesús dijo: «ámense los unos a los otros como yo los he amado, ahí está el secreto de la vida y la fórmula no falla, porque la dijo Jesús que es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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