Comienzan pruebas de pastilla brasileña contra el cáncer - 800Noticias
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EFE

La primera fase del proceso contarán con la participación de 10 personas. Los pacientes serán acompañados y monitoreados por un equipo de profesionales del ICESP. El equipo, además, garantizará la seguridad de las dosis que serán administradas a los pacientes portadores de algún tipo de cáncer.

Los pacientes que fueron elegidos para las pruebas pertenecen al Sistema Nacional de Salud (SUS) y no son enfermos terminales, según divulgó el ICESP hace una semana.

La fosfoetanolamina sintética, desarrollada en Brasil por el investigador de la Universidad de Sao Paulo (USP), Gilberto Chierice, se tornó en una esperanza para algunos pacientes que la consideraban milagrosa al final de 2015, aunque sin tener la aprobación de las autoridades de vigilancia sanitaria.

Las pruebas clínicas fueron aprobadas por la Comisión Nacional de Ética en Investigación del Ministerio de Salud brasileño y solo continuarán si al menos tres pacientes de la segunda fase presentan una mejora comprobada de su salud.

Si la medicación no causa efectos colaterales, las pruebas continuarán en una segunda fase que incluirá 210 pacientes más, separados en diez grupos de tumores diferentes, en los que 21 personas de cada tipo de enfermedad tomarán tres píldoras en un periodo total de seis meses. De avanzar a esa tercera fase, el gobierno deberá crear otra etapa de estudios con ochenta personas más.

Cabe resaltar que el gobierno brasileño, presionado por el Congreso y algunos pacientes, anunció en noviembre que invertiría 10 millones de reales (unos 3 millones de dólares) en una serie de exámenes en laboratorio con conejillos para probar la eficacia y la seguridad de la medicina, pero sin resultados positivos considerables.

Ya para las pruebas clínicas en humanos, el cálculo es que 1.000 brasileños podrán participar de todo el proceso, que debe terminar en dos años.

Sin embargo, si ninguno de los 210 pacientes de las fases iniciales presenta resultados positivos, las pruebas serán interrumpidas en el plazo estipulado de seis meses.

De acuerdo con la Secretaria de Salud de Estado, Chierice participará en todo el proceso de pruebas y otras instituciones pueden ser incluidas en fases posteriores, como el Instituto del Cáncer de Río de Janeiro (INCA).

A pesar de la polémica por el uso de la píldora sin tener aprobación de las autoridades sanitarias, algunos pacientes continúan utilizando la fosfoetanolamina debido a decisiones amparadas por el poder judicial que ordenó la entrega del medicamento.

La “fosfo”, como es llamada comúnmente, fue distribuida gratuitamente durante más de una década por la USP, hasta que las autoridades sanitarias la prohibieron por la falta de estudios clínicos acerca de su eficacia al final de año pasado.

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