Colombianos encuentran en la resiliencia el «antídoto» contra el dolor
EFE
Aunque el dolor parece ser el común denominador en la vida de muchos colombianos víctimas de la violencia ejercida por guerrilleros, paramilitares o, incluso, familiares, también lo es el instinto de supervivencia y la necesidad de hallar un «antídoto» frente a la adversidad llamado resiliencia.
En el encuentro TEDxBogotá, organizado por la Fundación Social Colectivo y que reunió la tarde de este viernes a más de 10.000 personas, quedó en evidencia que si algo caracteriza a los nacidos en este país es una capacidad a veces «sobrehumana» para limpiarse las lágrimas y seguir adelante.
Al tratar de explicar esta habilidad, el neurólogo Jaime Toro, uno de los 12 oradores del evento, aseguró a Efe que en el proceso juega un papel fundamental el cerebro.
Así, dijo el experto, «la resiliencia es la capacidad que tiene el cerebro de enfrentar el estrés y las adversidades, como cuando te están agrediendo físicamente».
La disyuntiva de darse por vencido o sobreponerse fue exactamente a la que se enfrentaron las Cantadoras de Bojayá, un grupo de mujeres oriundas del corregimiento de Pogue, en el empobrecido departamento de Chocó, fronterizo con Panamá, en donde es costumbre cantarle a los muertos.
«Nosotras somos víctimas del conflicto en Bojayá. Respeten nuestros derechos para que no vuelva a pasar. Somos campesinas y luchamos por la paz», cantaron las afrocolombianas.
En las letras de sus alabados, como denominan a los cánticos tradicionales de la región en la que habitan, hacen alusión a la masacre de Bojayá en la que más de 90 civiles murieron dentro de la iglesia del pueblo como consecuencia de la explosión de un cilindro de gas lanzado por miembros de la antigua guerrilla de las FARC el 2 de mayo de 2002 en medio de combates con un grupo paramilitar.
Como parte de su proceso de transformación, las cantadoras aseguraron que aprendieron a utilizar las melodías para denunciar la violencia que las ha perseguido, por lo que ahora ven en la música una expresión de la memoria, la solidaridad y un remedio para soportar el dolor.
Precisamente, a la hora de hablar de dolor en Colombia, una de las principales voces es la de la periodista Jineth Bedoya Lima, quien creó la campaña «No es hora de callar» contra la violencia sexual.
Luego de que ella misma fuera víctima de secuestro, tortura y violación por parte de varios paramilitares el 25 de mayo de 2000, entendió que «el dolor es algo que invade el cuerpo y quita el aliento».
La violencia sexual, dijo, «es uno de los peores dolores que existen porque nos arranca el amor propio y eso es muy difícil de restablecer».
Por ello, como parte de su charla mencionó a una de las personas más resilientes que conoce.
Se trata de Mariana, una joven que a sus 14 años fue violada por paramilitares que le escribieron AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) con un cuchillo en la frente.
Esa niña, que producto de la violencia que padeció quedó embarazada, decidió tener al bebé.
El hecho, aclaró Bedoya, es «la muestra de que el dolor puede convertirse en algo positivo y de que aún en medio de la más perversa adversidad puede nacer el más grande amor».
Sin embargo, como de hacer énfasis en la resiliencia del país se trató la novena edición del TEDxBogotá, la cara de la esperanza en el futuro llegó al caer la noche de la mano de la «sirena» colombiana, Sofía Gómez.
Esta apneista, que se convirtió en un referente mundial del deporte al lograr el año pasado la distancia de 97 metros de inmersión en el mar, hizo un paralelo entre los desafíos que enfrenta bajo el agua y la vida misma.
«El cuerpo y la mente entran en un estado de profundidad de pensamientos, que es lo que nos permite tener la energía suficiente para sumergirnos y volver luego a la superficie. Cuando estoy abajo, sola, en medio de la oscuridad, repito cuatro palabras para eliminar la negatividad: paz, amor, tranquilidad y azul», comentó.
Y es que incluso Gómez, quien ha demostrado tener una destreza constante para superarse, también a veces siente temor.
Según ella, basta solo un segundo para que la voz negativa que todos tenemos en la mente le gane la batalla y todo se acabe para ella.
«Esa voz me dice devuélvete, eres una fracasada y no lo vas a lograr». A pesar de ello, reflexionó, «he entendido que la vida es como una inmersión, en donde todo puede indicarnos que debemos rendirnos, pero es decisión de cada uno de nosotros sacar fuerzas para volver a salir a la luz y, finalmente, respirar». EFE
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