Claves para evitar tocarse la cara durante la pandemia
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Una de las recomendaciones para reducir el riesgo de propagación del coronavirus es evitar, en la medida posible, tocar la cara. ¿Por qué razón? En este espacio lo explicamos.
¿Por qué hay que evitar tocarse la cara durante la pandemia por coronavirus? Mucho se está hablando de las medidas de prevención contra el COVID-19. Entre esto, se sugiere a toda la población que, en la medida posible, eviten tocarse la cara, puntualmente hablando de los ojos, la nariz y la boca.
Para entender el por qué de esta recomendación, antes que nada vamos a repasar cómo ingresa el virus al organismo y qué hace que se origine la infección. Asimismo, veremos otras medidas que también son determinantes a la hora de reducir el riesgo de contagio.
¿Cuál es la vía de ingreso del coronavirus?
La enfermedad por coronavirus es una infección, y como muchas otras afecciones de este tipo, su vía de ingreso son los ojos, la nariz y la boca. El virus (COVID-19) se puede propagar de persona a persona a través de las gotitas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala.
Y la infección no solo ocurre por el contacto directo entre las personas; dichas gotas caen sobre objetos y superficies donde el virus permanece activo. Cuando alguien entra en contacto con dichas superficies contaminadas, y luego se toca la cara, también puede ocurrir la infección.
En otras palabras, si la cara es una de las vías de ingreso del virus, es claro que merece una atención especial. Con esto, disminuimos el riesgo de que el virus entre al organismo y ocasione la infección.
Por simples que parezcan, estas medidas se consideran eficaces, ya que han servido para reducir los riesgos en experiencias pasadas con enfermedades de carácter infeccioso. De hecho, deberían aplicarse con afecciones comunes como la gripe y el resfriado.
¿Qué otras medidas se encuentran estrechamente relacionadas?
Por otro lado, estos virus pueden permanecer en las superficies sin limpiar por varios días. De ahí la importancia de prestar atención y realizar limpieza en zonas de contacto frecuente, como ser los picaportes de las puertas, los dispositivos electrónicos, botones de ascensor, barandas públicas, etcétera.
Esto contribuye a disminuir la cantidad de virus presente en las superficies y, a su vez, ayuda a disminuir la posibilidad de transferencia a las personas sanas. Si bien muchos lo ignoran, esta es una vía de contagio de la pandemia por coronavirus y otras enfermedades infecciosas y no infecciosas.
Por lo tanto, adoptar las medidas de prevención no solo contribuye a reducir la propagación del coronavirus, sino de otras infecciosas que tienen la misma vía de contagio. Con esto, se obtiene un beneficio extra en el cuidado de la salud individual y colectiva.
Medidas de protección para la pandemia por coronavirus
- Frecuente lavado de manos con agua y jabón, uso de alcohol en gel.
- Mantener distancia social.
- Evitar tocarse la cara. En especial ojos, nariz y boca.
- Limpieza de las superficies que habitualmente tocamos con agua y lavandina.
Claves para evitar tocarse la cara durante la pandemia
¿Qué cosas podemos hacer para evitar esta costumbre que muchas veces es un hábito inconsciente y automático? A continuación detallamos algunas recomendaciones.
- Tener pañuelos desechables a mano para usar ante picazón de la cara, necesidad de frotarse la nariz, ojos, etcétera. Utilizar el pañuelo en vez de hacerlo con nuestros dedos y, seguidamente, desecharlo en la basura.
- Evitar lentes de contacto.
- Cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato. De ésta manera estaremos disminuyendo la cantidad de virus en nuestras manos.
- Mantener las manos ocupadas para evitar comportamientos compulsivos o bien entrelazarlas entre sí.
- Tratar de descubrir y ser conscientes de que es lo que nos causa el llevarnos la mano a la cara. Claro, siempre que se pueda. Puede tratarse de picazón, alergia, hábito, uso de lentes de contacto, entre otros.
En la práctica, podríamos pensar que va a resulta más fácil incorporar el hábito de aumentar la frecuencia del lavado de manos que el de evitar tocarse la cara, sobre todo porque muchas veces se trata de un hábito automatizado.
Aún así debemos intentarlo, y mientras lo tengamos en cuenta y lo identifiquemos como una situación riesgosa para nuestra salud, es probable que podamos disminuir la cantidad de veces al día en que nos tocamos la cara.