Cien años de la Arquidiócesis de Mérida, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
La diócesis de Mérida y de Maracaibo fue erigida por el papa Pío VI el 16 de febrero de 1778; como su primer obispo el Papa nombró a un misionero franciscano de nombre Fray Juan Ramos de Lora.
Monseñor Lora fundó tanto el seminario de Mérida como la Universidad de los Andes, luego en 1923 el papa Pío XI la elevó a la categoría de Arquidiócesis; así se convertía en la segunda arquidiócesis metropolitana junto a la de Caracas. El primer Arzobispo fue quien era el obispo en ese momento, monseñor Antonio Ramón Silva. Al año siguiente en 1924, monseñor Silva fundó el diario de prensa El Vigilante, vocero del clero merideño y luego fundó tanto el archivo Arquidiocesano de Mérida como el Museo Arquidiocesano de Mérida.
Una diócesis, de acuerdo al derecho canónico, es una iglesia particular como la porción del pueblo de Dios circunscrita, territorialmente y cuyo cuidado pastoral es encomendado a un obispo; eventualmente el obispo puede estar ayudado por obispos auxiliares, la curia diocesana, el cabildo de canónigos, la administración apostólica.
Las diócesis pueden estar repartidas por motivos organizativos en zonas pastorales, parroquias y en vicariatos foráneos. Una arquidiócesis es la unión de varias diócesis y preside una provincia. En este caso la provincia a la que pertenece la arquidiócesis de Mérida, está conformada por las diócesis de San Cristóbal, Trujillo, Barinas y Guasdualito. Elevar a Mérida a arquidiócesis ha representado para la región andina, un crecimiento en historia, cultura y religiosidad.
El actual arzobispo metropolitano monseñor Helizandro Terán inició la celebración de los 100 años de la Arquidiócesis el sábado, recibiendo el imagen del Santo Cristo de Aricagua en la comunidad de el Chama, desde dónde se trasladó hacia la catedral metropolitana de Mérida, Basílica Menor Inmaculada Concepción para su adoración.
Este santo Cristo, es una imagen colonial que data de finales del siglo XVIII, que fue traída desde España por los monjes agustinos para el pueblo de Aricagua al sur de Mérida, el cual evangelizaban.
Este traslado expresa el profundo sentido religioso que ha marcado el crecimiento espiritual de la Iglesia local. El domingo 11 se trasladó al Santo Cristo en medio de una gran procesión de fieles desde la Catedral hasta la Plaza de Toros, donde miles de fieles de todas las parroquias del Estado se congregaron para celebrar la elevación de la diócesis a arquidiócesis hace 100 años.
La misa, celebrada por el arzobispo Junto a varios otros obispos, se realizó a las 11 de la mañana y luego se presentaron todas las tradiciones andinas, incluyendo los tambores San Benito. Monseñor Helizandro Terán, dijo que esta celebración busca seguir construyendo una iglesia un territorio donde los valores del Evangelio se hagan realidad día a día, esta insistencia se debe a que el pueblo andino junto con la Iglesia saben y reconocen que con Dios siempre ganamos.