Casillas cierra en blanco su primera temporada en el Oporto
EFE
Íker Casillas cerró su primera temporada en el Oporto viendo desde el banquillo cómo su equipo caía derrotado en la final de la Copa de Portugal, lo que pone punto y final a una campaña decepcionante.
El guardameta español -titular en Liga y en Europa pero suplente en esta competición- vivió ayer con intensidad un encuentro marcado por los desatinos del portero Hélton y la defensa blanquiazul, durante el que se le vio animar a sus compañeros constantemente.
Su cara era un poema cuando recogió la medalla de subcampeones, reflejo del varapalo sufrido ante un Braga que ganó en los penaltis.
El internacional, que pondrá rumbo ahora a la concentración de la selección española de cara a la Eurocopa, subrayó durante las últimas semanas en varios mensajes divulgados a través de las redes sociales la importancia de este título para los «dragones», que viven una sequía de títulos que se alarga desde 2013.
La situación es inusual en el conjunto portugués, que con la llegada de Jorge Nuno Pinto da Costa a la presidencia en la década de los 80 se acostumbró a no parar de ganar.
Con él al frente llegaron dos Ligas de Campeones (1986-1987 y 2003-2004), una Copa de la UEFA (2002-2003), una Liga Europa (2010-2011) y 20 de los 27 títulos de Liga que tiene el club.
Números espectaculares que contrastan con el pobre rendimiento de las últimas campañas, en las que el Oporto parece no encontrar el norte frente a un Benfica que vive un gran momento y un Sporting de Lisboa claramente al alza.
La temporada actual estuvo marcada por la salida del entrenador Julen Lopetegui en enero, después de una mala racha de resultados. Su sustituto, el portugués José Peseiro, empeoró sus cifras con 9 derrotas en 22 partidos -incluida la de ayer por penaltis- y dejó al equipo tercero en el campeonato nacional.
Los «dragones» se reforzaron el pasado verano con Casillas como fichaje más mediático, y junto a él recalaron el uruguayo Maxi Pereira, el francés Imbula -que costó 20 millones de euros, el traspaso más caro de la Liga lusa-, su compatriota Alberto Bueno y los mexicanos Corona y Layún.
El club, no obstante, también realizó varias ventas multimillonarias de hombres clave, como las del colombiano Jackson Martínez y los brasileños Danilo y Álex Sandro, además de perder a jugadores que estaban cedidos como Casemiro u Óliver.
Recién estrenados los 35 años -su cumpleaños fue el pasado viernes-, Casillas ha dejado claro por activa y por pasiva que su idea es continuar en el Oporto la próxima temporada con el objetivo de intentar «quitarse la espinita» y ofrecer su mejor versión.
Después de una temporada en la que combinó meritorias actuaciones con errores en momentos puntuales, Casillas reconoció que puede dar más y recordó que «todo el mundo necesita de un proceso de adaptación y acoplamiento».
Envuelto en rumores sobre su salida al fútbol estadounidense, el que fuera capitán del Real Madrid zanjó recientemente la cuestión en un acto publicitario: «No me voy a Nueva York. Tengo la idea de cumplir los contratos y el Oporto quería prolongar el contrato. Hasta 2018, con casi total seguridad, me voy a quedar jugando en el Oporto».
El español hizo valor su apodo de «El Santo» en varios partidos de Liga, como contra el Benfica, donde fue clave en la victoria a domicilio de los «dragones». También brilló en la remontada contra el Moreirense o ante el Tondela, cuando evitó el empate al atajar un penalti.
Sin embargo, falló clamorosamente contra el Guimaraes y el Braga en el campeonato luso, tal y como le ocurrió en el duelo decisivo de Liga de Campeones frente al Dínamo de Kiev.
Casillas disputó en su primer año con el Oporto un total de 40 partidos en los que encajó 39 goles, a poco menos de un tanto por encuentro, prácticamente la misma media que en su último año con el Real Madrid.
El guardameta, no obstante, todavía puede cerrar la temporada a lo grande con un nuevo título en su ya de por sí envidiable currículum gracias a la selección española, donde compite con David De Gea por el puesto de titular de la «roja».