Brechner: «La noche de 12 años» muestra al ser humano frente al horror
EFE
El uruguayo Álvaro Brechner opta este sábado a tres Goya del cine español por «La noche de 12 años», la historia de supervivencia del que, tiempo después, se convertiría en presidente de Uruguay, José Mujica, una muestra de «la capacidad humana de sobrellevar situaciones extremas», explica el director a Efe.
«Siempre hay un reducto inalienable» que es el que permite al ser humano superar una «situación tan durísima y horripilante» como la que vivieron Mujica (interpretado por el actor español Antonio de la Torre), Mauricio Rosencoff (el argentino Chino Darín) y Eleuterio Fernández Huidobro (el uruguayo Alfonso Tort).
Encarcelados durante doce años por su pertenencia al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, opositor a la dictadura militar uruguaya (1973-1985), su historia quedó reflejada en las «Memorias del calabozo», de Rosencoff y Huidobro, en las que Brechner (Montevideo, 1976) se ha basado para la película.
Por eso el silencio es el verdadero protagonista del filme, el silencio impuesto a los tres prisioneros durante gran parte de los años que estuvieron en cautiverio, lo que les llevó, especialmente en el caso de Mujica, al límite de la cordura.
El momento en el que Mujica empezó a oír voces en su mente es uno de los más representativos de la película y fue uno de los más difíciles de rodar, reconoció Brechner.
Utilizó grabaciones que le habían proporcionado psicólogos que reproducían las voces que escuchan las personas esquizofrénicas para que Antonio de la Torre se pusiera en situación. Dio la orden de grabar y durante 38 minutos filmó al actor español atravesando ese proceso que le llevaba cerca de la locura.
«Antonio es muy valiente. Si entronca con algo que le llegue al estómago, no tiene miedo, comprende el juego», explica el realizador, que asegura convencido que, de los tres Goya a los que el filme está nominado -mejor película iberoamericana, mejor guion adaptado y mejor actor de reparto-, es el de interpretación a De la Torre el que más ilusión le haría.
Aunque está más que satisfecho del trabajo de los tres protagonistas, reconoce que la labor del español fue «brutal».
Ha sido «un viaje inmenso porque tenía que llevar la historia a un nivel muy emocional, llegar a confines, a límites de deshumanización, a la vez que desarrollar un tremendo trabajo físico», desde el adelgazamiento a la búsqueda del acento perfecto de Mujica.
Y ello, pese a que tiene muy pocas frases en el filme y a que en realidad «hablaba con la mirada». A través de sus ojos, el espectador descubre «cosas que nacen del estómago, del corazón…».
Una experiencia que hizo de Mujica el líder mundial que es hoy día, como él mismo ha reconocido, y que en la película se muestra como algo «muy íntimo, individual y personal», pero a la vez una historia universal, la del sufrimiento humano.
Es precisamente eso lo que atrae a Brechner de su trabajo como director, el poder adentrarse en otras vidas, en las diversas facetas del ser humano porque «la vida es una sola y el cine me permite vivir varias», explica el cineasta uruguayo pero afincado en España desde hace 20 años.
Un trabajo «intelectual» pero en el que «hay que dejarse llevar mucho por el estómago» para encontrar el equilibrio adecuado entre cerebro y corazón, indica.
Y cuya principal dificultad es encontrar el norte que debe marcar cada proyecto. «Es un poco -explica- como Colón, que te lanzas y te encuentras con algo que no podías predecir, te dejas llevar por la intuición, pero tienes que tener clara la ruta que debes llevar».
La ruta, en el caso de «La noche de 12 años», era contar el sufrimiento de Mujica, Rosencoff e Huidobro, pero en ningún caso Brechner se imaginó que su proyecto pasaría por el Festival de Venecia, ganaría premios en festivales como el de La Habana, Ostende (Bélgica) o Huelva (España), arrasaría en los galardones de los críticos uruguayos con seis premios o estaría nominado a los Goya.
Competirá por el Goya iberoamericano con «El ángel», de Luis Ortega (Argentina); «Los perros», de Marcela Said (Chile); y «Roma», de Alfonso Cuarón (México).
Y más allá de quien gane, para Brechner es suficiente la total implicación que todo el equipo, tanto técnico como artístico tuvo con este proyecto. Tanto, reflexiona el cineasta, que «ninguno volvió igual».