BOLA DE FUEGO| Rivero listo para asumir su rol de cerrador estrella con los Piratas
800Noticias / MLB
El cerrador venezolano Felipe Rivero tiene su lugar justo en el rincón al fondo del clubhouse de los Piratas en el LECOM Park. Es un buen espacio para acomodar su laptop y su mezclador de audio portátil, el cual provee las melodías que amenizan las mañanas durante los entrenamientos primaverales. La vista desde ese sitio también es privilegiada.
A principios de esta semana, Rivero observó el clubhouse e hizo un inventario de todo lo que vio. Se dirigió hacia otra pared llena de casilleros, señalando con la cabeza mientras mencionaba los nombres grabados arriba de cada uno de ellos. El dominicano Gregory Polanco. El dominicano Starling Marte. Josh Bell. Adam Frazier. Josh Harrison.
«Esa es la razón principal por la que firmé», exclamó Rivero. «Veo a los muchachos».
Los Piratas se comprometieron con Rivero, confiándole el rol de cerrador el año pasado tras el zurdo surgir como uno de los relevistas más dominantes de Grandes Ligas para los últimos innings de los juegos. Pittsburgh lo convirtió en pieza fundamental de su presente y de su futuro. Como respuesta, Rivero se comprometió con los Bucaneros al firmar una extensión de contrato a largo plazo en enero.
La noticia sobre su nuevo pacto se dio a conocer el 15 de enero, el mismo día en que Pittsburgh envió al cañonero Andrew McCutchen a San Francisco. En aquel momento, muchos se preguntaron por qué Rivero había acordado un pacto de ese tipo – cuatro años y US$22 millones, además de un par de opciones del club por US$10 millones – tras ver a McCutchen y al diestro Gerrit Cole ser canjeados.
«Creo que los fanáticos sólo se fijan en quién se fue. Pero no se fijan en quién llegó», manifestó Rivero. «Tenemos buena comunicación. Básicamente, somos amigos aquí. Los conozco. Ellos me conocen a mí. No me voy a marchar. Me siento bastante cómodo aquí con (el manager) Clint (Hurdle), con (el coach de pitcheo) Ray (Searage), con todos los coaches de pitcheo».
Números de impacto
Tal comodidad se hizo evidente cuando Rivero finalizó el 2017 con efectividad de 1.67, WHIP (bases por bolas más hits por inning lanzado) de 0.89 y 21 juegos salvados, además de 88 ponches en 75 1/3 entradas a lo largo de 73 presentaciones. Y ahora el venezolano se prepara para su primera temporada completa como taponero de los Piratas.
«Creo que la mentalidad va a ser la misma, subir a la loma y básicamente tratar de hacer lo mismo que estaba haciendo el año pasado», enfatizó Rivero. «Simplemente es un inning diferente. Pero es el mismo juego».
No obstante, el rol de Rivero modificó parte de su preparación durante el invierno. El zurdo comenzó a tirar en enero, un mes más tarde que el año pasado. El venezolano anticipó otra carga pesada sobre el montículo esta temporada – en ocasiones se le pedirá que saque cuatro o cinco outs, indicó Hurdle a principios de la primavera – y sabía que ya tenía asegurado un puesto en el roster del Día Inaugural.
Como resultado, señaló el capataz, sus primeras presentaciones en la Liga de la Toronja no estuvieron a la altura de sus estándares habituales. El oriundo de San Felipe cedió cinco hits y otorgó cinco bases por bolas en 5.0 episodios, aunque logró ponchar a seis. Sus dos presentaciones más recientes las ha realizado en los campos aledaños del Pirate City, un mejor lugar para trabajar sin que los resultados importen mucho.
Rivero lanzó una entrada el viernes y dos más el lunes, enfocándose en su recta y cambio en un intento por encontrar el mejor ángulo para su brazo y repetir su entrega al plato. Rivero mostró mejoría con cada presentación.
«Estoy comenzando a tomar el ritmo y estoy empezando a sentirme bien ahora», aseguró Rivero. «Todo ha vuelto a la normalidad».
El rol de Rivero ya está establecido. George Kontos como preparador, y probablemente el dominicano Michael Féliz asegure el otro puesto en ese sentido. Los Piratas están por confirmar el resto de su bullpen, pues más allá de Kontos y Rivero, se trata de un grupo de relevistas poco probados. Eso parece tener sin cuidado a Rivero.
«Quien sea que lance delante de mí, creo que hará el trabajo», confió Rivero. «Me siento seguro de que cada uno de estos muchachos hará el equipo, y de que va a hacer el trabajo».