Beato Manuel Domingo y Sol “Mosensol”, por María García de Fleury
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Manuel Domingo y Sol, fue un sacerdote español, fundador de la hermandad de sacerdotes operarios diocesanos y del pontificio Colegio Español de Roma. Es también conocido como «Mosensol», fue beatificado por Juan Pablo II el 29 de marzo de 1987 y su fiesta se celebra el 29 de enero. Manuel Domingo y Sol nació el 1 de abril de 1836 en España y falleció en 1909 a los 73 años.
Su vida entera fue una pasión ardiente por el sacerdocio y lo vivió con toda intensidad. A los 15 años ingresó en el seminario diocesano, fue ordenado sacerdote el 2 de junio de 1860 con 24 años.
Sus primeros trece años de sacerdote fue misionero, diocesano, párroco, confesor de religiosa, levantó tres conventos de religiosas de clausura y fue profesor del Instituto de Tortoza, en España. Se dedicó sobre todo al apostolado con la juventud, construyó un centro para jóvenes y fundó la primera revista juvenil católica de España «El congregante». Durante esos 13 años ocurrió la revolución del año 1868 en España, donde se destrozaron los seminarios.
Don Manuel se encontró con uno de los seminaristas en la calle, quién le contó que los pocos seminaristas que aún quedaban vivían diseminados por la ciudad, con hambre y sin formación, vivían de la limosna, comían de lo que le daban o del basurero de la ciudad, vivían sin acompañamiento de ningún tipo. En ese momento, Don Manuel vio muy claro y para siempre. La clave de su vida sería: Dar alimentos, ilusión sacerdotal y formación adecuada a los futuros sacerdotes.
En ese mes de septiembre de 1873, comenzó su gran tarea en una casita que llamó «Casa de San José», donde reunió a 24 seminaristas pobres. Muy pronto adquirió otra casa más amplia para 98 sacerdotes jóvenes que tenía y 5 años después ya estaba poniéndole la primera piedra del nuevo colegio San José para vocaciones sacerdotales que inauguró en 1879 con 300 jóvenes seminaristas pobres. Además, educaba y mantenía gratuitamente a otros 100 seminaristas. A éste le siguieron otros 8 colegios para vocaciones que marcaron un nuevo rumbo en la formación sacerdotal.
Para la renovación espiritual e intelectual del clero, la relación de sus colegios culminó con el pontificio colegio español de San José de Roma. Toda esta labor hizo que los obispos le encomendaran la dirección de 18 seminarios diocesanos, también fundó templos de reparación al Sagrado Corazón de Jesús.
Para perpetuar y consolidar estos trabajos pastorales, decidió fundar la hermandad de sacerdotes operarios diocesanos, de manera de que trabajaran en el campo de las vocaciones sacerdotales, religiosas y apostólicas y también con la pastoral juvenil.
Tres palabras resumen los objetivos principales de la hermandad de los operarios diocesanos: vocación, juventud y Eucaristía. A la muerte de Mosensol había 75 sacerdotes operarios que componían la hermandad, 10 colegios de vocaciones, 17 seminarios, dos templos de reparación y el colegio español de Roma.
La espiritualidad del beato Manuel Domingo y Sol, Mosensol, se basa en el amor a Jesús en la Eucaristía, en el espíritu de reparación al Sagrado Corazón de Jesús como el manantial de su entrega para trabajar en la delicada y difícil misión de fundar y formar a los futuros sacerdotes. Este sigue siendo para Manuel Domingo y Sol y para los sacerdotes operarios diocesanos su desafío, hacer que muchos amen profundamente a Dios a través de la Eucaristía, conscientes de que ¡con Dios siempre ganamos!