Beata Madre Candelaria de San José, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
En todas partes de Venezuela se encuentran personas que se han destacado por su santidad y nuestro caso de hoy es la madre Candelaria de San José; realizó sus obras a favor de los demás y por amor a Dios, sobretodo en las islas de Margarita y Coche, en el oriente de Venezuela.
Madre Candelaria nació en Altagracia de Orituco, estado Guárico, el 11 de agosto de 1863 y le pusieron por nombre Susana, sus padres le dieron gran ejemplo cristiano sobretodo de solidaridad y responsabilidad en las prácticas de la fe cristiana y de los valores humanos. Aprendió a leer y escribir y toda clase de corte y confección, especialmente bordados.
Susana se dedicaba a visitar a los enfermos y heridos que recogía y cuidaba en una casa semi abandonada, adjunta a la iglesia parroquial, por eso en 1903 cuando llegó el padre Sixto Sosa a trabajar allí fue asesorado con algunos médicos y decidieron la creación de un hospital y le propusieron a Susana ser la directora del mismo; esa fue la razón por la cual se fue a vivir en el Hospital San Antonio junto con otras seis jóvenes.
El 13 de septiembre 1906 con autorización del Obispo diocesano vistió el hábito de las Hermanitas de los Pobres y Susana cambió su nombre por el de Candelaria de San José. El 31 de diciembre de 1910 nació oficialmente la congregación, en diciembre de 1916 emitió sus votos perpetuos de manos del Padre Fundador Sixto Sosa en Ciudad Bolívar.
Madre Candelaria era una religiosa de carácter afable y recogida, de baja estatura, de mirada modesta, pero era alegre y tenía una conversación amena y cordial y sus grandes amores eran Jesús crucificado y la Santísima Virgen.
Paso 22 años como Hermanitas de los Pobres y luego cambiaron su nombre para Carmelitas; en una de las oportunidades en que recorría los muchos kilómetros hacía en busca de recursos para el sostenimiento de sus obras y fundando nuevas comunidades que respondieran a las necesidades del momento, se cayó del caballo y tuvo que ser llevada a Caracas al Hospital Vargas, estando allí en recuperación, el 29 de junio de 1919 comenzó un gran movimiento en el hospital y ella escuchó a varias personas decir en voz alta «¡traen al doctor José Gregorio Hernández, hay que correr!», lamentablemente no hubo nada que hacer y el doctor Razetti anunciaba con tristeza con tristeza y con gran impresión que acababa de fallecer su buen amigo José Gregorio.
De las primeras personas, sino la primera que estuvo a su lado, fue madre Candelaria de San José quién a pesar de su convalecencia estuvo allí junto a la cama haciendo oración por él, ella decía «yo solo poseo el tesoro de mis oraciones y nada más puedo ofrecer pero la oración es todopoderosa, pidamos con fe y alcanzaremos lo que pedimos».
Los últimos años de la madre Candelaria estuvieron marcados por el dolor de la enfermedad, después de dejar el cargo de Superiora General aceptó seguir prestando servicios a la congregación como maestra de novicias, tenía plena conciencia de la gravedad de su enfermedad y decía: «Estoy tan conforme con el padecer que espero alcanzar misericordia por este mismo medio, así que arriba los corazones, no nos aflijamos porque Jesús es nuestro mediador para con su Eterno Padre y todo lo alcanzará con abundancia, pues llena de bienes a los que en el confían, porque Él es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!.
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