Ayuno intermitente contra el envejecimiento celular, ¿es efectivo?
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El “ayuno intermitente” es un término que ha ganado mucha popularidad en los últimos meses. Y es que, se trata de uno de los temas más comentados en medios de comunicación y redes sociales.
Tanto es así, que expertos se han visto obligados a manifestarse en cuanto a esta tendencia. Se trata de un patrón alimenticio que no es recomendable para todas las personas. Por ejemplo, las personas con índice de masa corporal por debajo de 19 kg/m2, las mujeres embarazadas o lactantes, así como adolescentes o mayores de 70 años son algunos de los grupos que podrían experimentar riesgos en su salud si comienzan a implantar el ayuno.
Entre algunos de los riesgos pueden estar la pérdida de masa muscular, problemas de deshidratación y predisposición de sufrir sincopes o hipoglucemias.
Envejecimiento celular
El envejecimiento celular se conoce como la pérdida de función, a nivel general, por la acumulación de radicales libres que dañen poco a poco nuestras células, sobre todo las mitocondrias, que se encargan de procesar la energía. Pero con el envejecimiento las células acumulan suciedad y se va destruyendo poco a poco el material genético.
A modo de síntesis, tal y como apunta Isabel Viña Bas, médico residente de Endocrinología y Nutrición: “En definitiva, con el paso del tiempo, los mecanismos de reparación se ven afectados y disminuidos”.
La solución más recomendable para dañar los pasos del envejecimiento celular es, crear más fábricas de producción de energía, es decir, nuevas mitocondrias. Así como reparar los daños producidos en las células y eliminar los irreparable a través del sistema de autofagia.
Autofagia
La autofagia es el proceso de donde los macrófagos –los encargados de limpiar los residuos celulares- se comen a estas células que no se han podido reparar. Es donde entra en juego el ayuno intermitente, que es capaz de promover la autofagia.
Aunque no es el único mecanismo capaz de hacerlo, puesto que existen otros mucho más saludables, como son el deporte. Una de las formas más saludables es combinando cardio y fuerza para promover la creación de nuevas mitocondrias.
Así funciona el ayuno intermitente
El ayuno intermitente es una forma de alimentación que alterna las fases de ayuno y de ingesta. Muchas personas se refieren al ayuno intermitente como un patrón de alimentación que extiende la duración del ayuno, cuando los alimentos de la última comida han sido absorbidos y procesados.
Este enfoque se ha popularizado en los últimos años, normalmente se usa común patrón de 16:8. Lo que se traduce en un ayuno de 16 horas y un período de alimentación de 8 horas. Normalmente se consigue retrasando el desayuno, o incluso omitiéndolo. Aunque otra manera de conseguirlo es cenando antes. Vitamina C, Coenzima Q10 o creatina monohidrato: antioxidantes contra el envejecimiento celular
Existen otros protocolos de ayuno intermitente como la dieta 5:2, donde se consumen tan solo 500 Kcal dos días por semana, o el desayuno en días alternos.
No obstante, tal y como Isabel Viñas apunta, el desayuno puede llevar a la hipertensión o desencadenar conductas obsesivas con la alimentación. Aunque el ayuno intermitente es una estrategia efectiva para algunas personas, Viña recomienda el ejercicio físico y la suplementación.
Una de las estrategias más efectivas para alargar la longevidad es prevenir el envejecimiento celular. Y para ello, el ejercicio físico puede ser una gran medida.
No es necesario buscar actividades de ocio excesivas, es suficiente con mantener un estilo de vida activo, y caminar es una de las mejores maneras. Para combatir el sedentarismo, lo mejor es hacer entre 150 y 300 minutos de ejercicio físico a la semana; donde se combinen el cardio con los ejercicios de fuerza.
Así, no solo se mejora la flexibilidad, se promueve la circulación sanguínea, eliminan toxinas y se limita el aumento de peso. De esta forma, se estimula la creación de nuevas mitocondrias que mejora la respiración y la energía celular. Lo que se traduce en más vitalidad y menos envejecimiento.
Si al deporte se le incorporan suplementos como la vitamina C, Coenzima Q10 o creatina monohidrato que ayudan a reparar esas mitocondrias dañadas.
Con información de Estetic.es
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