Atletas usan el deporte para superar la discapacidad en carrera colombiana
EFE
Las calles de la ciudad colombiana de Buga (suroeste), patrimonio cultural y religioso del país, se inundaron hoy de gentes emocionadas que se congregaron para alentar a familiares y amigos en la carrera atlética «Ser Inspiración», considerada como «la más incluyente de Latinoamérica».
Mientras los curiosos se agolpaban a ambos lados de las vías, en los parques y en cuanto lugar encontraban para no perder detalle de la prueba, los deportistas estiraban y ponían a punto sus sillas de ruedas y sus prótesis para la carrera que se desarrolló por los lugares más representativos de la ciudad.
La Basílica del Señor de los Milagros, en cuya construcción se utilizaron más de cuatro millones de ladrillos; los parques Santa Bárbara y Cabal, al igual que el patinódromo, fueron los testigos directos del esfuerzo y del amor con el que cada uno de los participantes corrió el circuito.
La temperatura subió cuando el anunciador oficial dijo que el evento, patrocinado por el BBVA Colombia, iba a empezar y que los primeros en partir serían los más pequeños que, alertados, ya estaban en la raya de salida.
La cuenta regresiva empezó y al llegar a uno, los participantes de las categorías infantil y preinfantil se lanzaron a toda velocidad.
Minutos después los que estaban listos para su aventura eran los niños con discapacidad cognitiva. La cuenta regresiva inició una vez más y el lugar se llenó de aplausos y gritos de aliento para los participantes.
Cuando los más pequeños terminaron su recorrido, los de la categoría elite ya estaban listos, entre ellos los colombianos Gerard Nicolás Giraldo, oro en los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe en los 3.000, y María Fernanda Montoya, una de las marchistas más destacadas del país.
Los dos jóvenes atletas estuvieron a tono porque Giraldo fue segundo en su categoría y Montoya, primera en la suya.
La mañana siguió su curso y cada vez se acercaba más el momento de ver a los grandes favoritos de la jornada: el español Rafael Botello, el ecuatoriano Jonathan Herrera y el uruguayo Eduardo Dutra.
Mientras les llegaba su turno, salió la categoría más «tierna» según los asistentes: un grupo de papás que corrió al lado de sus hijos con parálisis cerebral demostrando que «el amor de un padre por su hijo lo puede todo».
«Vine a correr con mi hijo para demostrarle que él también puede, que no es imposible», aseguró uno de ellos, que con un beso, un abrazo y cara de satisfacción y orgullo abandonó junto a su primogénito la meta.
El momento finalmente llegó, los tres favoritos junto a otros atletas nacionales, esperaban la señal en la línea de salida.
La cuenta regresiva empezó por última vez. Botello, Dutra y Herrera estaban preparados para «hacer lo mejor y pasarlo bien» según dijo el atleta español, quien por un accidente en bicicleta en 2002 perdió la movilidad de las piernas hace 16 años y ahora corre en una silla atlética.
Dieron 4 vueltas al circuito y después de 40 minutos, Botello cruzó la meta con sus brazos arriba en señal de victoria, la sexta que consigue en pruebas de Colombia.
Lo escoltaron, con cara de alegría, el ecuatoriano Herrera, quien ocupó el segundo lugar en el podio y el uruguayo Dutra debutó en Colombia con un tercer lugar en la prueba de 16,5 kilómetros.
Al final de la carrera, todos los atletas recibieron una gran ovación del público y demostraron, como dijo Herrera, que «el deporte es vida» y que los ha llevado a plantearse sus «propios desafíos, seguir adelante, querer esforzarse por mejorar» y finalmente a «demostrarle a la gente que tener una discapacidad no es una limitación».