¡Atencion con el Martes Santo! Por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Amigos al Martes Santo hay que ponerle mucha atención porque muestra indicio de peligros que se avecinan y brinda algunas lecciones vitales sobre los valores de Jesús.
Mientras Jesús predicaba en Jerusalén, los líderes religiosos, fariseos, saduceos y otros grupos, escuchaban y algunas de las enseñanzas de Jesús estaban dirigidas a ellos, criticando sus acciones y aptitudes. Jesús compartió una parábola diciendo: Un hombre plantó una viña la cercó, cabo un lugar para el lagar, edificó una torre y la arrendó a labradores, luego se fue a un país lejano. A su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiera de los labradores del fruto de la viña. La historia habla de cómo los sirvientes llegaron a cobrar para el dueño y fueron golpeados y otras asesinados. El propietario decidió enviar a su hijo pensando que lo respetarían, pero los labradores decidieron matar al hijo para que hubiera heredero y la herencia fuera toda de ellos.
En el versículo 9 Jesús dijo, «que, pues hará el señor de la viña, vendrá y destruirá a los labradores y dará la viña a otros». Todo esto está en el capítulo 12 de San Marcos. Terminando está parábola Jesús le dijo a la multitud, «No habéis leído está escritura: la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra angular». Los lideres religiosos se molestaron muchísimo porque sabían que la parábola se trataba de ellos. Ellos eran los labradores expulsados de la granja por su comportamiento y reemplazados por otros. Jesús citando la escritura sobre el señor haciendo una piedra desechada de una parte vital de un edificio también se refería al reemplazo, los líderes buscaban arrestar a Jesús a toda forma, pero tenían a la gente.
Como los líderes religiosos no pudieron arrestar a Jesús trataron de atraparlo de otra forma y enviaron a ciertos fariseos y seguidores de Herodes para sorprenderlo en sus palabras. Intentaron hacerlo tropezar y por eso le preguntaron a Jesús: ¿Es licito dar al César o no darle al César? Jesús sabía que estaba siendo hipócritas y respondió: ¿Por qué me tientan? tráiganme una moneda para que a vea; cuando trajeron la moneda Jesús les preguntó: ¿De quién es el nombre que está allí en la moneda? ellos respondieron: El César; entonces Jesús respondió diciendo: Denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Por supuesto estaban asombrados de su respuesta y no supieron que contestarle.
Jesús les dijo a sus discípulos que iban a venir muchos en su nombre y engañarían a muchísimas personas. Les dijo que oirían hablar de guerras y rumores de guerra, pero que no tuvieran miedo esas cosas tienen que venir, pero el tiempo aun no es. Jesús describió como se levantarían las naciones contra naciones, reinos contra reinos, habría hambre, pestilencia, terremotos en muchos lugares del mundo y todo esto sería solo el comienzo de los conflictos.
Jesús advirtió que muchos predecirían falsamente su venida y dijo que no se dejaran engañar por los falsos profetas, porque los falsos profetas van a usar la señal de los tiempos para atraer a la gente a seguirlos.
Abrámonos camino hacia la casa de Dios para mostrar reverencia por lo que Dios hizo, por quien es Jesús, nuestro salvador, Dios en la tierra y con Dios, ¡siempre ganamos!
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