Así es la casa donde Maradona pasó sus últimos días de vida
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En las primeras horas después de su externación de la Clínica Olivos, tras haber sido sometido a una intervención quirúrgica por un hematoma subdural, se viralizaron imágenes -captadas subrepticiamente desde un dron- de Diego Armando Maradona y un grupo de allegados sentados en la galería de la casa que Jana, una de sus hijas, había alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre, para que su padre atravesara allí su convalecencia y rehabilitación.
Su familia esperaba que pasara allí una parte del verano, hasta completar su recuperación. Pero nada salió como deseaban: el 25 de noviembre el máximo ídolo del fútbol mundial murió allí, en la zona de Dique Luján, y su desaparición abrió un sinnúmero de interrogantes, ahora especialmente enfocados en el cuidado que el astro recibió en ese lugar.
En los últimos días se habló de la falta de comodidades o de las inconvenientes prestaciones del inmueble para que el Diez, recién operado y con sus capacidades motrices reducidas, pasara allí el tiempo que demandaba su posoperatorio. Incluso, Oscar Ruggeri, otro histórico hombre de la Selección y amigo de Maradona, reveló que Claudia Villafañe, la primera esposa del astro, le había dicho:» Si ves dónde fallecío Diego te morís»
Lo cierto es que, independientemente de las expectativas personales, que son siempre subjetivas, la casa arrendada luce bien cuidada, es relativamente amplia, cuenta con una agradable vista a la laguna y un jardín extenso y arreglado, según puede advertirse en algunas fotos de la propiedad.
LA NACION también tuvo acceso al contrato de locación, que fue rubricado por Jana Maradona, nacida en 1996, fruto de la relación de Diego con Valeria Sabalain. En el documento, firmado el 9 de noviembre (seis días después de la operación del astro), consta que el Diez tomaría posesión de la propiedad al día siguiente, a las 11, y que debería devolverla el 31 de enero de 2021 al mediodía. Por ese período se pagaron 16.000 dólares.
El inmueble consta de un living comedor con cocina integrada, un baño completo y un amplio playroom vidriado en la planta baja, mientras que en la planta alta cuenta con cuatro habitaciones, una de ellas, con vestidor y baño en suite. También tiene un amplio jardín con piscina y, como se dijo, vista a una de las lagunas típicas de los barrios privados de la zona de Dique Luján.
Según pudo saber LA NACION, se previó que Maradona utilizara la suite de la planta alta. Pero rápidamente se advirtió que, por sus dificultades para desplazarse, no podría subir y bajar asiduamente las escaleras. De tal modo, se adaptó el playroom: para aislarlo de la cocina, que no filtre la luz y lograr mayor intimidad para el ocasional morador, se le improvisaron paredes con placas de yeso; obviamente, se colocó una cama de dos plazas y también un equipo de aire acondicionado.
Se le colocó allí un inodoro químico ortopédico para evitar que tuviera que cruzar la casa hasta el cuarto de baño de la planta baja (que cuenta con bañera), al que solo iba para su aseo corporal.
«La idea era que estuviera en la planta baja unos días y que cuando mejorara pasara al cuarto en suite, pero después se quiso quedar abajo, en el playroom, y ya nadie pudo sacarle la idea de quedarse ahí», confiaron a LA NACION allegados a Maradona.
Con información de La Nación