Aprende a identificar los pensamientos tóxicos
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¿Sabes identificar los pensamientos tóxicos? Hay ciertos pensamientos cuya principal utilidad es la de hacernos sentir mal. Ya sea por su contenido, la manera en la que están planteados o las consecuencias que tienen, algunos pensamientos es mejor mantenerlos alejados de nosotros para proseguir con nuestro funcionamiento diario sin ningún tipo de problema.
No obstante, no solo las personas con un problema clínicamente significativo tienen pensamientos tóxicos. También aparecen en las personas que no presentan ninguna afección psicológica. Estos a veces dificultan nuestro día a día atacando nuestro autoconcepto, autoestima, nuestros sentimientos de autoeficacia o la percepción de nuestra propia valía.
Características de los pensamientos tóxicos: saber para identificar
Los pensamientos tóxicos o irracionales se caracterizan por una serie de aspectos que suponen lo contrario en los pensamientos racionales y sanos. Para saber identificarlos es importante poner ese pensamiento sobre la mesa e ir marcando sus características. Si la mayoría de ellas se refieren a las siguientes, estamos ante un pensamiento irracional.
La intensidad de la respuesta emocional
Usualmente, el planteamiento de pensamientos irracionales da lugar a una respuesta emocional demasiado intensa. No es que un pensamiento nos recuerde algo, nos elicite cierta nostalgia de las vacaciones o nos permita tener un diálogo interno. Son pensamientos que provocan una respuesta emocional demasiado intensa que puede llevar a consecuencias muy negativas.
Pensamientos tóxicos no basados en la evidencia
Otra característica de los pensamientos irracionales se relaciona con la veracidad de lo que estos dicen. No pasa nada por pensar algo que puede enfadarnos o entristecernos mucho, en tanto que el contenido de ese pensamiento sea real.
El recuerdo de la muerte de un pariente, el pensar en que se tiene que hacer algo que no nos gusta, el recapitular sobre errores hechos en un escenario… Si esos sucesos ya han acaecido y son palpables, no hablaremos de pensamiento tóxico.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en una mujer que piensa: “la jefa parece enfadada, y seguro que es por la mala presentación que hice ayer”. Aunque esto puede ser verdad, y que en efecto la jefa no esté demasiado orgullosa de su desempeño, esto es un pensamiento tóxico porque tampoco está basado en la evidencia.
Planteamientos absolutistas: la construcción del pensamiento
Para saber identificar los pensamientos tóxicos, también hay que fijarse en cómo, gramaticalmente, están escritos. Aunque esto a priori no parezca relevante, la gran diferencia entre un pensamiento irracional y un pensamiento racional radica en la utilización de absolutos.
Así, no es lo mismo decir: “Siempre suspendo todos mis exámenes”; a decir: “He suspendido este examen”. En el primer pensamiento, el tóxico, que utiliza el adverbio “siempre”, se dan por hecho de forma encubierta cosas que no tiene porque ser reales, solo por utilizar ese adverbio.
Personalización en los pensamientos irracionales
Otra característica que nos puede ayudar a identificar los pensamientos tóxicos es la fusión entre lo que uno hace y lo que es. Los pensamientos tóxicos identifican los resultados de una acción, un proyecto, un entrenamiento, un día de trabajo, una conversación… con la valía de uno mismo.
Los deberías en los pensamientos tóxicos
Por último, muchos de los pensamientos tóxicos e irracionales que solemos tener versan sobre exigencias autoimpuestas, es decir, aquello que pensamos necesitamos para ser felices. Este grupo de pensamientos conforman los deberías.
Por ejemplo, pensamientos planteados en estos términos podrían ser: “tengo que estar contenta cuando estoy con mi pareja”, “debería esforzarme más en el trabajo para ser feliz”, “tengo que tener todo bajo control”, “debo estar siempre disponible para mis hijos», etc.
Los pensamientos tóxicos no son simplemente pensamientos que nos hacen sentir mal porque sí. De hecho, tienen una morfología y unas características concretas que hacen que trabajar con ellos en terapia sea interesante y posible. Asimismo, estas características pueden ayudarnos a diferenciar entre pensamientos tóxicos y pensamientos con cargas emocionales negativas normales, y a actuar en consecuencia.