Apiterapia: ¿Qué es y para qué se usa?
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En la apiterapia o terapia con abejas se utiliza la toxina de estos insectos para el tratamiento de diversas enfermedades. ¿Es efectivo? ¿Hay contraindicaciones? En este espacio lo detallamos.
Los humanos tienen una relación muy importante con las abejas, no solo por la función que este insecto desempeña en la naturaleza, sino por el aprovechamiento de sus productos, entre los cuales se destaca la miel, la cera, la jalea real, el propóleo y la apitoxina, usada en la apiterapia.
Esta última es un tratamiento alternativo que se practica desde los tiempos del Imperio Egipcio, así como también en la Antigua Grecia y en la China milenaria. Según sus promotores, la terapia con abejas aporta múltiples beneficios a la salud y, de hecho, favorece la prevención de enfermedades.
Ahora bien, cabe preguntarse si dicha terapia está avalada por investigaciones científicas. En el presente artículo conoceremos la respuesta de este y otros interrogantes relacionados. ¡Continúa leyendo!
¿Cómo es el veneno de la abeja?
Aunque no son insectos agresivos por naturaleza, las abejas tienen cómo defenderse en caso de una potencial agresión. En este sentido, cuentan con un aguijón, que produce un pinchazo doloroso. No hay dudas de que una picadura de abeja puede ser una experiencia desagradable para cualquiera.
Pero no solo es el pinchazo en sí lo que sufre el intruso, sino que se inyecta un veneno llamado «apitoxina». El mismo se encuentra compuesto por sustancias como las siguientes:
- Aminoácidos.
- Péptidos.
- Lípidos.
- Gúcidos.
- Hialuronidasa.
- Melitina.
- Fosfolipasa.
- Apamina.
- Otras proteínas.
En animales pequeños, la apitoxina puede ser mortal. Sin embargo, en otros más grandes, incluido el ser humano, la picadura de una sola abeja podría no afectar, a menos que la persona sea alérgica.
Por supuesto, cuando la dosis aumenta – es decir, si son muchas picaduras de abeja – este veneno puede tener consecuencias graves. La dosis de toxina tolerable varía con la persona. Entre 100, 200 y 500 abejas podrían causar la muerte.
Incluso, según un artículo divulgado en Gaceta médica de México, la cantidad de veneno en una abeja es variable, así como la proporción de los componentes. Hay ejemplares que llegan a tener 300 ug de apitoxina.
¿Cómo se utiliza el veneno de abeja?
Desde la antigüedad, se ha hablado del efecto de la apitoxina sobre el ser humano, en especial en relación con el dolor crónico. Los defensores de la terapia con abejas exponen que debido a este veneno, el emperador Carlomagno fue curado de la gota.
Ahora bien, para su uso medicinal, los apicultores obtienen la sustancia con un dispositivo que emite una descarga eléctrica. Las abejas estimuladas pican sobre un cristal, donde se deposita el veneno. Luego se seca y se convierte en un polvillo.
Una vez extraída, la apitoxina se diluye para administrarla de diversas formas. Además de su uso en acupuntura, el veneno se puede inyectar o aplicar de manera natural, es decir, dejándose picar por las abejas. Los apiterapeutas prefieren esta última. Sugieren que la picadura directa de la abeja es la mejor forma de realizar la apiterapia para un efecto más eficaz.
Por otra parte, la apitoxina también se encuentra como ingrediente en cremas y ungüentos, empleados para calmar el dolor, cuidar la piel, entre otros. Sin embargo, su efectividad sigue siendo un tema de controversia.
Posibles beneficios de la apiterapia
En la medicina tradicional, la apiterapia se emplea como coadyuvante contra los síntomas de algunas patologías articulares y musculares. Asimismo, se cree que favorece la mejoría de pacientes con psoriasis, jaquecas, lumbagos y trastornos autoinmunes.
También se emplea como aliado para la salud mental, ya que su aplicación parece reducir el estrés y la ansiedad. ¿Tiene otros usos usos? Sí. Sus defensores sugieren lo siguiente:
- Tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.
- Es antiinflamatorio y analgésico.
- Puede ayudar a personas con hipertensión debido a su efecto anticoagulante.
- Ayuda al mejoramiento del metabolismo y eliminación de toxinas.
Pero, ¿hay evidencias científicas sobre esto? Por ahora, los estudios son limitados. Veamos a continuación algunas investigaciones que se han realizado sobre la apiterapia y las enfermedades.
Artritis
Se ha indagado sobre el uso del veneno de abejas para tratar la artritis en animales y seres humanos. Por ejemplo, en un estudio publicado en Journal of Ethnopharmacology se encontró que el veneno de abeja inyectado en conejos influye en la síntesis de corticosteroides.
Debido a que las hormonas glucocorticoides ayudan a regular la inflamación, la apitoxina demostró ser efectiva para ralentizar la progresión de la artritis en conejos y ratas.
Una revisión reciente sugiere que hay evidencia de que el veneno de abeja también puede ser útil para mitigar los síntomas de la artritis reumatoide en seres humanos. Pese a esto, los investigadores solo encontraron un ensayo de control aleatorio donde se probó su efectividad contra la inflamación, la sensibilidad y la rigidez de las articulaciones.
Psoriasis
En un ensayo clínico compartido en Journal of Dermatological Treatment se administraron inyecciones semanales de veneno de abeja en las lesiones cutáneas de 25 pacientes con psoriasis. Tras 12 semanas, estos mostraron una reducción significativa en las placas de psoriasis y en los niveles de marcadores sanguíneos inflamatorios.
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