Anunciación y consagración, por María García de Fleury
por: María García de Fleury
En Israel, en la región de Galilea en Nazaret, vivía la familia de Joaquin y Ana con su hija Maria. El evangelio de Lucas dice: «Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David; la virgen se llamaba María».
Amigos en este momento antes que nada veamos la fecha, si el año nuevo judio es en septiembre, el sexto mes sería en marzo, el ángel se le aparece a la virgen en marzo y le dijo «alégrate, llena de gracia, el señor está contigo». María quedó muy conmovida cuando oyó estas palabras y se preguntó qué significaría tal saludo. Pero el ángel le agregó, no temas María, porque has encontrado el favor de Dios, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús, será grande y justamente será llamado hijo del altísimo.El señor, Dios, le dará el trono de su antepasado David, gobernará por el pueblo de Jacob y su reino no terminará jamás».
María le respondió: Cómo puede ser eso si yo soy virgen?, El ángel dijo: «El espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra y por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado hijo de Dios». También tu pariente Isabella está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo, para Dios nada es imposible». María finalmente dijo: «Yo soy la servidora del señor, hágase en mí tal como has dicho». En ese momento, Dios se hizo hombre en el seno de la virgen María.
María al entregarse a Dios, consagró su vida a la voluntad de Dios. Hoy el Papa Francisco va a consagrar a Rusia a Ucrania y a la humanidad al inmaculado corazón de María; consagrarse significa volver a Cristo, conservar la fe por la que Jesucristo vino al mundo, buscar que crezca el amor a la eucaristía, a nuetsro señor Jesucristo y a ka iglesia, por eso en esta consagración es esencial que digamos «Te entrego Señor, te entrego Corazón inmaculado de María, mi vida, nuestra iglesia».
La Virgen de Fátima, pide conversión de los que ofenden a Dios, pide penitencia, oración del rosario, pide que mantengamos firmes la fe, teniendo temor al infierno y temor a la condenación. No podemos mezclar situaciones humanistas con la consagración; consagración significa entregarnos a la virgen para que salve la fe del mundo, si no actuamos para conservar nuestra fe, no hay acto de consagración que valga. Dejémonos guiar por la virgen, pues ella enseña el camino de Cristo, a eso vino la virgen.
La paz como paz externa es una paz ficticia, para que haya verdadera paz se necesita volver a los ideales que enseñó Cristo, el verdadero enemigo es el diablo, es la falta de fe, es la desobediencia a Dios, el pecado, la no reconciliación, eso va a acabar con nosotros, la virgen pide que abramos los ojos.
Oremos hoy, consagrándonos por entero, y agregamos lo que el ángel le enseño a los pastorcitos de Fátima: «Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen no adoran, no esperan, no te aman. Señor Jesús, líbranos del fuego del infierno, llévanos al cielo donde está Dios, porque con Dios ¡siempre ganamos!