Andrés Kim, joven coreano y sus compañeros mártires, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Dado que la próxima Jornada Mundial de la Juventud, la JMJ, será en Corea, es interesante conocer qué San Andrés Kim nació allí en Corea en 1821, en medio de una familia perteneciente a la nobleza, y por lo tanto parte de la clase gobernante del país que pertenecían a la religión de Confusio.
Su papá se convirtió al catolicismo e hizo de su familia y de su hogar una pequeña iglesia en la que otros cristianos podían encontrar apoyo y refugio espiritual. Al convertirse, adoptó el nombre de Ignacio y hoy lo conocemos como San Ignacio King, quién murió mártir en 1839 víctima de la persecución.
A los 15 años Andrés fue bautizado antes de morir su padre, al poco tiempo sentía fuertemente el llamado de Dios para ser sacerdote y a través de un grupo de misioneros franceses lo enviaron al seminario de Macao, que es una colonia portuguesa que hoy pertenece a China. Allí se formaría como sacerdote, en 1845 lo enviaron a Shanghai en la China continental donde fue ordenado sacerdote, convirtiéndose en el primer sacerdote originario de Corea.
Ya ordenado regresó a Corea para facilitarle el ingreso de los misioneros a su país, porque había sido prohibida la inmigración extranjera, especialmente la de los misioneros cristianos.
A pesar de la amenazas el padre Andrés se dedicó a anunciar a Cristo predicando y bautizando a muchísimas personas, convirtiéndolas y todo por su testimonio de caridad y de amor a los demás. El Padre Andrés fue arrestado al tratar de hacer ingresar un grupo de misioneros franceses provenientes de China. Estuvo preso durante varios meses y nunca lograron que renunciara a su fe. Por eso lo condenaron a muerte y el 20 de septiembre de 1846 fue decapitado.
El padre Andrés Kim apenas tenía 25 años, antes de morir dijo: «es por Cristo que yo muero, mi vida inmortal está a punto de iniciarse, conviértanse al cristianismo si desean ser felices». Este joven sacerdote se ha convertido en un ejemplo vivo para los cristianos, tanto de Asia como en el mundo».
Cuando el papa Juan Pablo II visitó a Corea el 6 de mayo de 1984, lo canonizó junto con otros 102 mártires de Corea, y dijo: «San Andrés Kim y los mártires de Corea se han convertido en levadura de la iglesia como comunidad viva de discípulos y testigos de Cristo. La sangre de los mártires es semilla de los cristianos. Estas palabras del siglo primero del cristianismo se confirman ahora ante nuestros ojos».
El 16 de septiembre de 2023 se bendijo e inauguró en uno de los nichos de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano una imponente estatua de 4 metros de altura de primer sacerdote y mártir de Corea San Andrés Kim.La estatua tiene los brazos extendidos, sombrero y traje tradicional coreano.
En presencia de muchos fieles, el papá resaltó que San Andrés Kim es ejemplo de una iglesia que sale de sí mismo para esparcir la alegría de la semilla del Evangelio, incluso a través de una vida dedicada a los demás, en paz y con amor. Es un ejemplo vivo de las palabras de Jesús «si el grano de trigo caído en la tierra no muere queda solo, pero si muere da mucho fruto», estas palabras ayudan a leer con inteligencia espiritual la hermosa historia de fe de la que San Andrés Kim es una preciosa semilla que supo que con Dios ¡siempre ganamos!
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