Análisis | Perú pierde en dos meses sede del Mundial sub’17 y de final de Sudamericana
EFE
La crisis que atraviesa la Federación Peruana de Fútbol (FPF) ha provocado que Perú pierda en apenas dos meses la sede del Mundial sub’17, que la FIFA cedió a Brasil, y ahora también la organización de la primera final a partido único de la Copa Sudamericana, que se disputará en Asunción.
El argumento esgrimido por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para tomar la decisión es que Perú no ofrecía las garantías suficientes para acoger la final del torneo, los mismos utilizados por la FIFA para retirarle la sede del Mundial sub’17.
Las dos decisiones se producen tras el cisma abierto en la FPF después de que su presidente Edwin Oviedo ingresara en prisión preventiva, mientras la Fiscalía lo investiga como presunto autor mediato (con dominio del hecho) del asesinato a balazos de dos sindicalistas de una sus empresas.
Tras su encarcelamiento, Oviedo fue reemplazado de manera interina por el vicepresidente, Agustín Lozano, quien también ha sido acusado de estar inmerso en una red de reventa de entradas de partidos de la selección durante las eliminatorias sudamericanas de clasificación para el Mundial de 2018.
Al mando de Lozano, los allegados de Oviedo han caído en desgracia, especialmente su secretario general, Juan Matute, que salió de la FPF al revelarse que llevaba adelante la investigación sobre el caso de reventa de entradas.
Lozano se apoyó precisamente en la salida de Matute para justificarse por la pérdida de la sede de la final de la Copa Sudamericana, al culparle de no hacerle llegar las exigencias presentadas por la Conmebol para organizar el partido.
A pesar de que todavía faltan seis meses para la primera final a partido única de la historia de la Sudamericana, estos requisitos demandados por la Conmebol parecen insalvables para Perú al no dar posibilidad para garantizarlos.
Por motivos similares también quedó limitada la organización del campeonato sudamericano sub’17, que se celebró en Perú de marzo a abril en un único estadio de Lima, a pesar de que el plan inicial era organizarlo en diversas ciudades del sur del país.
La primera consecuencia deportiva de estas decisiones es que la selección peruana sub’17 se quedó fuera del Mundial cuando en un inicio tenía asegurada su participación en condición de equipo anfitrión.
Sin embargo, el equipo peruano no pudo obtener uno de los cuatro cupos que daba el sudamericano en una aciaga última jornada que los dejó sin opción de estar en octubre en Brasil.
Ahora, sin la sede para la final de la Sudamericana, Melgar, el único equipo peruano que sigue en competencia en ese torneo, se queda sin la posibilidad de eventualmente llegar a la final y jugarla en territorio peruano.
La inestabilidad de la FPF también alimentó hace unos días un rumor sobre una eventual dimisión del seleccionador de Perú, el argentino Ricardo Gareca, cuando concluya la Copa América de 2019, que se celebra a partir de junio también en Brasil.
Con Oviedo todavía como presidente, ‘el Tigre’ Gareca se comprometió el año pasado a continuar cuatro años más al frente de la Blanquirroja con el objetivo de repetir el éxito de la clasificación para el Mundial.
Al argentino le costó tomar la decisión por la incertidumbre que comenzaba a formarse en torno a la dirección de la FPF, ya que Oviedo también fue involucrado en una trama de corrupción judicial donde supuestamente regaló entradas para el Mundial y pagó el viaje hasta Rusia a un juez de la Corte Suprema para que supuestamente lo ayudase en sus procesos penales.