ANÁLISIS | Diálogo no avanza mientras Venezuela es una «bomba de tiempo»
Con información de El Mundo
¿A la tercera va la vencida? Parece que no para Venezuela. Se reúnen hoy en República Dominicana los delegados del Gobierno de Nicolás Maduro y de la oposición para culminar una tercera ronda de negociaciones, pero marcadas diferencias dificultan un acuerdo sobre el punto álgido: las condiciones para las elecciones presidenciales de este año.
En la oposición no abunda el optimismo. «No veo al Gobierno muy dadivoso, así que no creo que esta sea la última ronda, porque no estamos dispuestos a aceptar cualquier acuerdo: exigimos elecciones justas y libres», dijo a EL MUNDO el diputado Luis Florido, representante de la MUD.
Los contactos iniciaron al final de la tarde del jueves. Participaron como facilitadores el canciller dominicano, Miguel Vargas, y el ex presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que recibieron a las partes por separado. Hoy se retomarán las conversaciones con el resto de los mediadores.
«No hay nada nuevo. Esto va lento», confirmó a EL MUNDO el parlamentario opositor Enrique Márquez.
El Gobierno está representado por Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, y su hermana Delcy, presidenta de la Asamblea Constituyente oficialista.
«Estamos aquí con la mejor de las expectativas, para lograr un acuerdo de convivencia pacífica», afirmó el jueves Jorge Rodríguez.
Sin embargo, el poder electoral -fiel a Maduro- ordenó a los tres principales partidos de la MUD, Primero Justicia, Voluntad Popular, y Acción Democrática, reinscribirse entre el 27 y 28 de enero para poder competir en las presidenciales.
Eso a solicitud de la todopoderosa Constituyente como castigo por marginarse de las elecciones de alcaldes de 10 de diciembre, tras denunciar un sistema electoral «fraudulento». Florido aclaró que si no se reconoce a los partidos, el diálogo fracasará.
Para calmar las aguas, Maduro aseguró la noche de jueves que dio instrucciones para avanzar en las «garantías plenas» para las presidenciales.
Sin embargo, no todos lo ven posible. «No se puede esperar que salga un acuerdo que garantice un cambio de Gobierno, pero sí cambios en la conducta del Gobierno», expresó el analista Luis Vicente León.
Mientras las partes conversan bajo absoluto hermetismo en Santo Domingo, Venezuela es un hervidero: se multiplican las protestas por comida y los saqueos, que en los últimos días dejaron seis muertos, cuatro de ellos el jueves en Mérida (oeste).
El diputado Carlos Paparoni señaló que en enero ha habido 220 protestas en Venezuela, 57% por escasez de comida. «84 han terminado en saqueos», añadió.
La escasez de alimentos y medicinas se ha disparado junto con la hiperinflación, superior a 2.000% en 2017.
La Iglesia venezolana culpó al Gobierno de hambre por «proyecto político totalitario».
La falta de acuerdos aleja la posibilidad de una cuarta ronda de conversaciones. El canciller chileno, Heraldo Muñoz, condicionó su permanencia en el proceso si «no hay resultados concretos y creíbles».
También son mediadores México, Nicaragua, Bolivia y San Vicente y las Granadinas.
«Si ellos quieren una mesa de diálogo que dure cuatro años para permanecer en el poder, están equivocados. Lo que estamos viviendo en Venezuela es una bomba de tiempo», zanjó el diputado opositor Tomás Guanipa.