Analise Silva, atleta de 72 años que limpia casas para seguir compitiendo - 800Noticias
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EFE

Analise Silva es una de las atletas de la disciplina del maratón más singulares que, a sus 72 años, acude a numerosas pruebas sobre todo en Portugal y en España y, según confiesa a EFE, tiene que trabajar limpiando casas porque su jubilación apenas le da para sobrevivir.

«Gano muy poquito dinero por estar jubilada, así que tengo que trabajar limpiando casas para poder sobrevivir y para recaudar algún dinero que me permita participar en los maratones», asegura esta atleta de origen brasileño, que decidió afincarse en Lisboa tras llegar a Europa hace ya 30 años.

En Brasil, cuando vivía en la zona de Rio Sameiro, trabajaba para el ejército hasta que en el año 1986 decidió emprender un viaje a España para participar en una maratón que se disputaba en la ciudad de Santander.

«Después de la prueba decidí quedarme para siempre en España, ya que en Brasil no mejoraba en nada», explica Analise Silva, que ha disputado estos días la dura prueba de maratón 281-PT, que tuvo su salida en la ciudad portuguesa de Belmonte, una zona próxima a la frontera con Castilla y León y Extremadura.

Tras varias semanas en Santander, se acercó hasta Lisboa y decidió establecerse allí para siempre.

«No sé ni cuántos maratones he disputado», afirma Analise Silva, que lleva una treintena de años viajando por todo el mundo, siempre que su bolsillo se lo permite.

Hasta la fecha ha logrado tomar la salida en maratones de gran relevancia, como los de Nueva York, Boston, Edimburgo o Sevilla, además de otros que se distinguen por su dureza, como el maratón de Sables, una carrera de 250 kilómetros que se disputa por las arenas del desierto del Sahara, en Marruecos.

En su lista de pendientes figuran algunas pruebas en las que, por diferentes motivos, no ha logrado participar.

Es el caso de la maratón de 230 kilómetros por la Arena de Brasil, donde no pudo tomar la salida ya que días antes se desató un ciclón.

Pero la que más empeño tiene en correr es la que cada año se disputa por la Gran Muralla China, aunque, de momento, no ha logrado recaudar el dinero necesario para hacer el viaje desde Lisboa y poder participar.

Esta carrera es una de las más atípicas y duras del mundo, ya que los corredores tienen que subir y bajar 5.164 escalones del famoso monumento de China para dilucidar quién es el más fuerte y el más rápido.

Uno de sus mayores problemas, reconoce, son las nuevas tecnologías que en muchas ocasiones ya requiere la competición, especialmente el uso de GPS en pruebas en las que es necesaria la orientación.

«El año pasado también participé en este maratón de Portugal y no lo pude acabar porque me perdí, debido a que no sé manejar el GPS», explica Analise Silva.

Eso sí, con el paso de los años ha logrado aprender a navegar por Internet, donde ha hecho muchos amigos por su condición de atleta.

Para ella, el deporte lo ha sido casi todo en su vida y asegura que es una de las mejores disciplinas que puede ejercitar el ser humano.

«El deporte significa mucha salud, el deporte es buena disposición, alegría y es todo lo contrario a los vicios del ser humano, ya que no es compatible con las drogas, el tabaco o el alcohol», asegura la atleta septuagenaria.

De momento, sus únicas intenciones vitales son las de «seguir haciendo amigos y seguir compitiendo».

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