Adoración Eucarística

Por María García de Fleury

Son muchas las personas que han descubierto que la contemplación es un alimento espiritual imprescindible para realizar con mayor fervor y eficacia la labor que cada uno de nosotros tenemos en la vida. Estamos convencidos de que todos nuestros problemas y todos los problemas del mundo tienen solución a los pies de Jesús. Si somos capaces de confiar en su poder y misericordia, si somos capaces de reconocer nuestra miseria y nuestras limitaciones y ser dóciles a la voluntad de Dios, nada es imposible para Dios. Todos nuestros miedos y angustias, malas pasiones son consumidos por el fuego de su amor.

Cada momento que pasamos junto a Jesús en el Santísimo Sacramento se acrecienta la intimidad con Él, nos volvemos mas amigos del Señor. Pidámosle a la Madre de Dios, nuestra maestra de adoración que os enseñe a amar a Cristo con gran amor y que a semejanza suya podamos descubrir el verdadero valor de acompañarlo en el Santísimo Sacramento. María la Madre de Dios es nuestro ejemplo de cómo debemos orar.

En nuestra oración fomentamos nuestra entrega amorosa con ella, cultivamos nuestra vinculación a la adoración al Santísimo Sacramento, pues queremos adorar y amar a Cristo como lo hizo su madre la Virgen María.

PAsar tiempo en oración espiritualmente pidiendo que el amor por la virgen María arda también en nuestros corazones fuerte elemento cristológico, porque todo lo de María lleva a su hijo Jesús.

Otras devociones llevan en su ejercicio una mayor estimulación de los sentidos, por ejemplo el servicio de caridad a los pobres, pero amigos, la devoción eucaristía se fundamenta exclusivamente en el misterio de la fe, por eso el culto de adoración se apoya en una razón seria y solida porque la eucaristía es a la vez sacrificio y sacramento y se distingue de los demás en que no solamente comunica la gracia sino que encierra de un modo estable al mismo autor de la gracia.

Aprovechemos en esta cuaresma para rezar frente al Santísimo Sacramento, no solamente como un mero acto religioso sino como nuestra manera de acercarnos a Cristo, volvamos al manantial de la vida que es Jesús, ese Jesús que es Judea, que está glorificado en el cielo pero sobre todo que esta presente en la Eucaristía porque Él es Dios y con Dios siempre ganamos.

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