Acercándonos a Semana Santa, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Vamos acercándonos a la semana santa, a la semana grande por excelencia para todos los cristianos, es un momento propicio para evangelizar, para presentar como lo hizo San Pablo a cuantos estén a nuestro alrededor a ese Dios que muere por amor, que da su vida para salvar la nuestra.
Que importante sería que ante esta realidad oráramos, que importante que pusiéramos todo ello en manos del señor, que miráramos la cruz sin bajar los ojos al contemplar tanto deterioro, para ello les ofrezco este texto de San Pablo a los corintios, capítulo I, versículo 18 que tanto cuestiona y que dice así:
“Hermanos, Dios me es testigo, la palabra que le dirigimos no fue primero si y luego no, Cristo Jesús el hijo de Dios, el que le hemos anunciado, no fue primero si y luego no, en él todo se ha convertido en un sí, y por él podemos responder amén a Dios para gloria suya».
Aquí lo tenemos, el sí de Dios, salvando, redimiendo, dando vida, imposible que se presente ante nosotros algo de esta magnitud, de ahí que al mirar a Cristo lo primero que descubramos sea nuestras promesas incumplidas, nuestro dolor adornado de palabras sugerentes, nuestras decepciones acumuladas en el alma, tantas veces hemos dicho si y se ha convertido en un no al llegar el momento de la exigencia, por eso quizás sea este un buen momento para examinar nuestras respuesta y tomar conciencia de nuestros síes convertidos en noes.
Nosotros, hemos decidido llevar a todos el evangelio de Jesucristo, acercar a todos cuentos sean posibles a Dios, lo tenemos claro y llenos de esperanza, dijimos si a nuestras responsabilidades, pero al pasar el tiempo, nos llegó el desencanto, el cansancio, el no ver los frutos deseados, el acumular desengaños y llega el no buscando una excusa para dejarlo todo.
Dijimos si cuando se nos propuso trabajar por el reino, porque sabíamos que eso era lo nuestro, pero llegó el conformismo, la rutina, la falta de estímulo, y se convirtió en un no dada nuestra falta de creatividad y nuestra vejez de espíritu.
Respondimos si cuando se nos propuso evangelizar y anunciar la buena noticia, pero pronto entramos en el triunfalismo de apoyarnos en la fuerza, en el poder, en el privilegio, en la seguridad económica, en la búsqueda de influencias y todo se convirtió en un no, ello nos llevó a la ausencia de Dios, a la debilidad en nuestra fe, a pensar que Dios no nos oye, a no saber dar testimonio, a vivir nuestra vida como que si Dios no existiera.
Por eso amigos, no desaprovechemos este momento tan especial en el que vamos a revivir la muerte y resurrección de Cristo para tomar conciencia de estas pautas, y trabajar sobre ella a fin de que nuestra vida se convierta en un sí autentico, un si que responda a Dios con un sincero testimonio de vida, abriendo nuestros corazones para que el señor ponga en ellos su amor, su entrega, su verdad, así seremos felices de verdad, porque estaremos con Dios y con Dios siempre ganamos.