A 80 años del fusilamiento de Monseñor Montes de Oca
María García de Fleury
El 6 de septiembre de 1944, hace 80 años, junto a 11 otros miembros de su comunidad religiosa, fue fusilado el obispo venezolano Monseñor Salvador Montes de Oca en la Toscana, Italia, por miembros del ejército nazi.
Monseñor Montes de Oca nació en Carora, Estado Lara, Venezuela, en 1895. A los 15 años entró en el seminario Santo Tomás de Aquino para formarse como sacerdote. A los 31 años fue consagrado como segundo obispo de Valencia, Estado Carabobo, en Venezuela. Y siendo obispo realizaba frecuentes visitas pastorales a todos los rincones de la diócesis. Predicaba, bautizaba, daba la primera comunión, realizaba confirmaciones y se ocupaba de los más pobres y necesitados. Cuando sabía de la necesidad de alguna familia, le daba dinero a los hijos de manera de no agochonar a la madre. Escribe mucho de manera de llegarle a los fieles lo más eficientemente posible. Vivía a plenitud las palabras de Cristo, la verdad los hará libres. Fue un gran luchador a favor de la libertad de los derechos humanos y en especial se preocupaba por los presos políticos confinados en el Castillo Libertador en Puerto Cabello, así como por los familiares de todos los detenidos.
Fue expulsado de Venezuela bajo la acusación de rebelión a la soberanía nacional por su defensa valiente de la santidad del matrimonio porque se opuso al divorcio del presidente Juan Bautista Pérez. Fue vuelto a llamar por el presidente a regresar al país y fue recibido triunfalmente por todo el pueblo. Luego le pidió al Papa el poder dejar el gobierno de la diócesis y hacerse cartujo. Entró en el monasterio de la Cartuja de la Farnetta, en Italia. Allí vivía con sencillez y humildad como un novicio dedicado a la oración, la meditación y el trabajo manual. Era el tiempo del nazismo. Los soldados nazis entraron al monasterio, los acusaron de ocultar a los perseguidos, los fusilaron y los lanzaron en una fosa común. En realidad lo que hacían era dar testimonio heroico de fe, esperanza, oración, de gozo y de caridad hacia quienes recibían que venían huyendo. Los acompañaban, consolaban, incluso a quienes estaban a punto de morir, ayudándolos en sus últimos momentos para que tuvieran una santa muerte. Acabada la guerra, los encontraron en la fosa.
Los restos de Monseñor Montes de Oca fueron reconocidos en febrero de 1947 gracias al breviario, es decir, el libro de oraciones que llevaba con él en el momento de su fusilamiento. Sus restos fueron llevados a Venezuela y sepultados en la catedral basílica de Nuestra Señora del Socorro de la Arquidiócesis de Valencia. Su proceso de beatificación y canonización fue abierto en el año 2017 y se encuentra actualmente en la fase diocesana.
Monseñor Montes de Oca es recordado como mártir de la caridad, como un venezolano ejemplar, un cristiano y un sacerdote siempre comprometido. Su muerte fue la coronación de toda una vida que buscó acercar a las personas a Dios mediante el amor, la solidaridad, la caridad, el ejercicio de la justicia.
El hecho de que Monseñor Montes de Oca pasara de ser obispo con un ministerio episcopal muy fecundo a una humilde celda de cartujo, testimonia con elecuencia la importancia de una vida de oración y del valor inestimable de una vida oculta, toda ofrecida a Dios por amor, porque Monseñor Montes de Oca estaba claro que con Dios siempre ganamos.
Únete a nuestro canal de Telegram, información sin censura: https://t.me/canal800noticias
