#9Oct | El ciber apóstol de la Eucaristía - 800Noticias
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Por: María García de Fleury

Este es el segundo caso en la historia de la iglesia en el que una persona es beatificada con su madre viva y presente en la ceremonia de beatificación. La primera fue Santa María Goretti y este nuevo caso es Carlo Acutis; tenía apenas 15 años cuando le diagnosticaron leucemia, ofreció su sufrimiento a Dios por los demás y murió el 12 de octubre del año 2006.

Esta corta vida giró en torno a sus talentos en materia de tecnología virtual y en su fe; combinó los dos con increíble habilidad. Carlo nació de padres italianos en 1991 cuando ellos estaban en Londres y luego se mudaron a Milán, Italia. A Carlo le encantaba rezar el rosario y después de recibir su primera comunión iba a misa con la mayor frecuencia posible, a menudo hacía las horas santas antes o después de la misa.

De niño convenció a su familia de ir a misa diaria con él, su vida de devoción y testimonio de fe le llevó a su madre una profunda conversión, tenía un gran amor a la eucaristía y por eso les pidió a sus padres que lo llevaran en peregrinación a los lugares de los milagros eucarísticos; le impactaron tanto que creó un sitio web que promovía milagros eucarísticos en línea.

En su sitio web Carlo le dijo a la gente: “cuanto más recibamos la eucaristía, más seremos como Jesús, de modo que en esta tierra tendremos un anticipo del cielo, de eso se trata de convertirse en santo, convertirse en Jesús”. Carlo decía: “todos somos originales y debemos convertirnos en santos a nuestra manera única, seremos santos a través de la eucaristía, la lectura de la biblia, el rosario, la devoción a la virgen María, le preocupación por los pobres y los necesitados; estos son los elementos que necesitamos en nuestro camino a la santidad, también cuando somos niños y jóvenes”.

Carlo también dijo: “internet puede ser una herramienta poderosa para difundir la palabra de Dios, es posible utilizar el internet y preservar la pureza por la gracia de Dios, especialmente a través de la santa comunión y con la ayuda de la virgen santísima”.

La familia de Carlo tenía una casa en Asís, y durante su tiempo allí el desarrolló una devoción grande a San Francisco, el santo eucarístico, el santo de la comunidad, el santo cristológico. Varias veces dijo que quería ser santo, pero no como San Francisco, porque san Francisco “era muy difícil de imitar”.

Decía que la ciudad donde se sentía más feliz era en Asís, porque ahí se respiraba algo especial, que no se respiraba en otras ciudades, le gustaba ir a la Porciúncula, y visitaba con frecuencia la basílica de San Francisco. Al mismo tiempo se comportó como cualquier otro niño de su edad, llevaba una vida normal como cualquier niño, se divertía, jugaba y echaba broma.

Al ser diagnosticado con leucemia, y ya estando en los últimos días de su vida su madre le pregunto qué pensaba de la idea de adquirir una tumba en el cementerio de Asís, y ser enterrado allí, Carlo le dijo “sería muy feliz saber que voy a estar enterrado cerca de San Francisco. Ella lo interpretó como su disposición testamentaria.

Amigos, démosle gracias a Dios por este gran regalo para nuestros jóvenes en este momento histórico, difundamos el conocimiento de Carlo y su mensaje especialmente de la eucaristía porque allí esta Dios y ¡con Dios siempre ganamos!.