#3Oct | Fortaleza misionera, por María García de Fleury

María García de Fleury

¿A quién consideramos fuerte, valiente? Decimos que fuerte es un soldado que defiende la patria, alguien que está dispuesto a afrontar peligro, alguien que expone la vida para salvar a otro que esté en peligro o también quien ayuda en las calamidades naturales, por ejemplo: los incendios, las inundaciones, la pandemia, quien muestra fortaleza y admiración los que están en la cima de las montañas o los astronautas que caminan en la luna.

Admiramos a las personas que se distinguen por lo que se llama coraje cívico, pero amigos, en tiempos de paz necesitamos fortaleza. Hay muchas manifestaciones de fortaleza que a veces exigen mayor virtud y a veces incluso virtud heroica. Una persona con fortaleza es la que está dispuesta a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, por la justicia, por ejemplo: una madre de familia numerosa a la que muchos le aconsejan que aborte, que elimine la vida nueva concebida en su seno porque ya son muchos hijos y ella se niega con firmeza, aunque sabe que eso implica problemas para ella, su marido y toda la familia. Se necesita fortaleza para enfrentarse a quienes buscan el facilismo y la comodidad. Es fuerte la persona que acepta esa nueva vida en su seno, pues se tiene conciencia que toda vida humana desde la concepción, tiene una dignidad y una misión dada por Dios y por eso es sagrada.

Otro ejemplo: Una persona a la que le prometen la libertad y hasta una buena carrera a condición de que reniegue de sus principios o apruebe algo contra su honradez. Defender los principios y valores incluso a pesar de las amenazas de una parte y de los halagos de otra es ser una persona valiente. Como esta, hay muchas manifestaciones de fortaleza heroica, con frecuencia de las que no se escribe en ninguna parte o de las que poco se sabe. Solo la conciencia humana las conoce y Dios si lo sabe.

Estos son los valientes desconocidos, a todos los que tienen el valor de decir no o sí cuando resulta costoso y dan testimonio singular de dignidad humana y humanidad profunda, son los verdaderos héroes de nuestra sociedad. La fortaleza requiere siempre superar la debilidad humana y el miedo. El miedo quita muchas veces el coraje cívico a quienes viven en un clima de amenaza, opresión o persecución. Así pues tienen valentía especial las personas que son capaces de traspasar la berrera del miedo y dar testimonio de la verdad y la justicia.

El evangelio está dirigido a las persona débiles, pobres, mansos, humildes, los operadores de paz, los misericordiosos y al mismo tiempo contiene en sí un llamamiento constante a la fortaleza. Con frecuencia se repite no tengas es miedo.

Enseña la biblia que es necesario saber dar la vida por una causa justa, por la verdad, por la justicia. Amigos, ser fuertes, tener fortaleza es convertirte en misionero de la palabra de Dios, porque con Dios siempre ganamos.