#26Nov | La Virgen de Belén, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
El 26 de noviembre se celebra la fiesta de nuestra señora de Belén en San Mateo, en el Valle de Aragua, estado Aragua, Venezuela, pues una mañana de un 26 de noviembre de 1709, el indio Tomás José Purino estaba en el patio interior de su casa cortando el tronco de un árbol, de repente vio que a medida que golpeaba el palo con el hacha el suelo se movía y se levantaba ligeramente la tierra formando una pequeña prominencia que se iba abriendo dejando ver que algo salía de un hoyo. Emocionado grito: ¡Inés, Inés, corre!
Los dos esposos vieron como de la rama salía hasta quedarse parada encima una diminuta imagen que representaba a la virgen sentada sobre una media luna y sosteniendo con la mano derecha al niño Jesús posado sobre sus rodillas. Con un pañito Inés tomó la sagrada imagen, la limpio y la colocó en un altar de su casa en medio de luces y flores.
El indio Tomás José Purino era un hombre sencillo, temeroso de Dios, de conductas rectas, que gozaba entre los suyos de gran aprecio y había sido nombrado fiscal de la doctrina. Estaba unido en legitimo matrimonio con Inés Heredia, también una india que compartía con él los mismos sentimientos y deseos. Esta aparición se le inculco por todo el pueblo y la choza del indio se llenó de gente para contemplarla y escuchar el relato de su aparición.
Tomás José e Inés, invitaron a todos a rezar el rosario como obsequio espiritual a la virgen y agradecimiento por habérseles aparecido de esa forma. A la mañana siguiente ocurrió el primer milagro, la virgen había cambiado del color plomizo y oscuro con el que apareció a un color dorado y aparecieron nubes y angelitos a sus pies. Enterado de esto, el Arzobispo de Caracas Monseñor Críspulo Uzcátegui, obtuvo de la santa sede en 1896 una indulgencia plenaria a perpetuidad para todos los fieles que visitaran la imagen de la virgen de Belén durante el tiempo de sus fiestas.
Otro milagro ocurrió en 1918 cuando el pueblo fue azotado por una epidemia de gripe española llegada al país por el puerto de la Guaira. El padre Luis Rafael Romero Sánchez muy devoto de la virgen de Belén llamó a todos para rezarle a ella y de una forma rápida y milagrosa la peste cesó en San Mateo.
El 28 de febrero de 1814 ocurrió la batalla de San Mateo que fue un importante combate en la guerra por la independencia donde se enfrentaron el ejército republicano de Simón Bolívar con el ejército realista comandado por José Tomás Boves. Viendo la superioridad del ejército español, Simón Bolívar dejó la tropa, se devolvió hasta la hacienda de su familia allí cerca para buscar a la virgen de Belén, la tomó y se puso al frente de la tropa al tiempo que gritaba: ¡Con la Madre de Dios vamos al triunfo!, y arrancó a cabalgar al frente hacia el enemigo con la virgen de Belén en brazos, y ganaron la batalla.
A la virgen de Belén la coronaron de forma arquidiocesana el 10 de noviembre de 1927, y en 1962 se realizó su coronación canónica en forma muy solemne en nombre del Papa, enfrente de los vibrantes acordes del himno nacional que siguieron a los delirantes vítores de un pueblo entusiasmado, cohetes y repiqueteos de las campanas.
En el año 2004 el gobierno regional decretó que ella sería el cuarto símbolo de la entidad, desde el año 2007 la diócesis de Maracay ha entronizado las imágenes de la virgen de Belén en las 63 parroquias del estado. La devoción a la Madre de dios con el título de Nuestra Señora de Belén, patrona y símbolo del estado Aragua es signo del convencimiento de los pobladores de San Mateo y sus alrededores de que ¡con Dios siempre ganamos!
