200 millones de cristianos viven en países donde hay persecución religiosa
Hispanidad.vom
El reciente atentado perpetrado por el Daesh en Rouen, al norte de Francia, en el que ha sido asesinado cruelmente el sacerdote Jacques Hamel y herida gravemente una religiosa durante la celebración de la Santa Misa y en presencia de tres fieles más, ha conmocionado de nuevo a Europa con la “sorpresa” añadida de que la ejecución se ha realizado en una iglesia católica.
Esta circunstancia que ha extrañado tanto, resulta especialmente significativa cuando el mundo occidental desde ya hace años, no parece querer enfrentarse a una cruda realidad. Y es que las persecuciones y matanzas a los cristianos en muchos lugares del mundo se han incrementado de una forma alarmante durante el siglo XX y en los primeros albores del siglo XXI.
El degollamiento de un presbítero en una iglesia de Europa no es de mayor relevancia por su naturaleza que los horribles atentados y crímenes contra iglesias y cristianos que se están produciendo en Siria, Irak, Egipto, Irán, Pakistán o Nigeria. El islamismo extremista es el responsable de las masacres, de los secuestros o de los desplazamientos de cientos de miles de cristianos en estos territorios.
Quizás el grado de sorpresa en Europa, lo pueda tener el lugar y el momento crucial en el que se produce. Un fiel católico nunca podía imaginarse un acto de esta naturaleza, durante la celebración de la Misa y según testigos presenciales, profanando el altar para pronunciar una soflama criminal. Es decir, al sadismo asesino se une la ofensa grave al sentimiento religioso de millones de cristianos.
Junto a la condena general de esta barbarie hay que recordar también que la Santa Sede ha expresado que aquellos países que tengan capacidad suficiente, pueden hacer uso de la fuerza militar para poner fin a esta locura contra los cristianos, los miembros de otras minorías y los musulmanes que no se plieguen a estos fanáticos. Pero la reacción del mundo civilizado occidental y de los propios países árabes que sufren estos atropellos ya estamos comprobando que es lenta, desconcertante y temerosa.
Ni EEUU ni la UE parecen querer aceptar que los cristianos son un objetivo preferente de la estrategia islamista en los propios países árabes y también en Europa. Los occidentales solemos tener una visión totalmente deformada y errónea del mundo árabe, es por eso que parece quedar reducido a las mezquitas, el petróleo o los barbudos que, ayer con cinturones de explosivos y hoy con machetes o sables, destrozan vidas humanas o monumentos universales.