#1Oct | «La Patrona de las Misiones», por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El mes de octubre la iglesia lo dedica a las misiones. Empieza con la fiesta de la patrona de las naciones, Santa Teresita del Niño Jesús, entre otras cosas, porque sin salir de los muros del convento, acompañó por carta con sus oraciones y sacrificios a dos sacerdotes misioneros, uno en Canadá y otro en China. El Papa Pío XI la canonizó y la proclamó patrona universal de las misiones, la llamó «la estrella de mi pontificado» y un «huracán de gloria».

Teresita nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873 y sus padres eran Luis Martín y Acelia María Guerin, ambos hoy son venerables. A los 23 años se enfermó de tuberculosis y murió a los 24 años en 1897. Fue proclamada Doctora de la iglesia por el Papa Juan Pablo II.

Santa Teresita decía en su biografía, «siempre he deseado ser una santa, pero por desgracia, cuando me he comparado con los santos, entre ellos y yo hay una misma diferencia que entre una montaña altísima que se pierde en el cielo y un grano de arena pisoteado por los pies de los que pasan. En vez de desanimarme, me he dicho: el buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables, pero a pesar de mi pequeñez, si puedo aspirar a la santidad. Bueno, Tengo que soportarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones, pero quiero buscar el medio de ir al cielo por un camino bien derecho, un pequeño camino completamente nuevo, quisiera encontrar como un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección. Si no puedo hacer grandes cosas, al menos voy a hacer todo lo que tenga que hacer a diario lo más perfectamente posible, voy a hacer lo ordinario de manera extraordinaria»

Y amigos, esto es lo que se conoce como la infancia espiritual. En el Carmelo, Teresita vivió dos misterios, la infancia de Jesús y su pasión, por eso eligió llamarse Sor Teresa del Niño Jesús y de la santa faz. Teresita no cursó grandes estudios, pero logró poseer tanta ciencia por sí misma, que supo indicarle a los demás el verdadero camino de la salvación.

La santidad, decía ella, no consiste en tal o cual práctica, consiste en una disposición de corazón, que seamos humildes y pequeños en manos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia en la voluntad de Dios padre. Santa Teresita decía: «Cuando caigo en alguna falta, me levanto enseguida, una mirada a Jesús y el conocimiento de la propia miseria reparan todo lo malo. Cuando se acepta con dulzura la humillación de haber sido imperfecta, la gracia de Dios vuelve enseguida. Y agregaba: » la infancia espiritual es un camino que es posible para todos porque es seguir fielmente la doctrina del evangelio mismo de Jesús».

Cuando se enfermó ya para morirse, su hermana, la superiora del convento le preguntó: ¿Vas a mirarnos desde lo alto del cielo? y Teresita le respondió: «Después de mi muerte bajaré, y haré caer una lluvia de rosas, es decir, proporcionaría una lluvia de favores y beneficios para que la gente amara más a Dios».  Es que a Santa Teresita le encantaban las rosas. Su vida estaba consumiendo y sabía que su misión estaba empezando mientras se disponía a entrar en la vida eterna con Dios.

Santa Teresita del Niño Jesús, La Patrona de las Misiones, siempre tuvo conciencia de que con Dios, siempre ganamos!.