#15Oct | «Teresa, apóstol incansable, mística y escritora», por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Santa Teresa de Jesús, conocida también como Santa Teresa de Ávila tuvo una vida digna de un libro de aventuras, fue una avanzada en su tiempo abriendo nuevos caminos para renovar el mundo en que vivía hace 5 siglos. Nació en 1515, de niña se escapó de la casa con su hermano Rodrigo para ir a las tierras ocupadas por los musulmanes y convertirse en mártir.
Después de unos años de dudas, confusiones y mucha adolescencia, a los 20 años entró en el convento de las carmelitas llamado reencarnación, a los 40 años fue cuando tuvo su gran conversión, comenzaron sus visiones místicas y sus grandes escritos.
Ser mujer en el siglo XVI era muy duro, se les prohibía a las mujeres aprender a leer y a escribir, sin embargo, ella aprendió y le enseño a otras. Escribió una serie de libros, cientos de cartas y poesía, algunos de los cuales se los quemaron. Para defender su obra tanto como literaria como misionera habló con reyes y con la nobleza y fue hasta donde hizo falta para protegerlos.
En 1562 el Papa Pío IV le permitió trasladarse al convento de San José en la ciudad de Ávila pudiendo iniciar la reforma del Carmelo al fundar las Carmelitas Descalzas. En apenas 20 años Teresa fundó hasta 16 conventos en toda España, a pesar de la incomprensión y persecución de algunos miembros de la iglesia. Hasta tuvo que presentarse frente al tribunal de la inquisición en 1575 para ser juzgada, pero gracias al apoyo del Papa pudo continuar con su obra misionera.
Convencida de que Dios eso era lo que quería de ella, Santa Teresa no se dejaba intimidar, seguía adelante, tenía presente que hay que obedecer a Dios por encima de todas las cosas. Su vida coincidió con el siglo de oro y con tantos santos que fueron buenos amigos de ella, San Juan de la cruz, San Pedro de Alcántara, San Francisco de Borja.
Es interesante saber que José Gregorio Hernández admiraba mucho a santa Teresa de Jesús, especialmente cuando ella escribió “el camino de la vida no consiste en construir torres sin fundamento sino en crecer en el amor”. La lectura de las cosas de Santa Teresa llevó a José Gregorio a estudiar el tema de la mística y las visiones sobrenaturales de los santos, en especial estudió el caso de ella. En un libro que dejó inconcluso llamado “La verdadera enfermedad de Santa Teresa de Jesús” José Gregorio escribió : “una vez que Santa Teresa de Jesús salía del éxtasis de oración tomaba la pluma y la que antes era tan ajena a toda literatura ahora producía incomparables escritos, con los cuales se reveló al mundo como maestra sin igual en biología mística, historiadora inminente y eximia poetisa”.
Su alma era tan misionera que Teresa lloró amargamente pensando en la necesidad que había de evangelización en la recién descubierta América, un lugar donde soñaba ir pero que nunca pudo conocer.
Santa Teresa de Jesús falleció en 1582, en Alba de Tormes, España. Hizo cosas impensables para una mujer de hace cinco siglos, impuso una orden religiosa para mujeres, otra para hombres, abrió numerosos conventos, escribió grandes libros, renovó la iglesia, fue la primera mujer declarada Doctora de la iglesia, todo lo hizo gracias a su ímpetu y amos a Dios porque ella sabía que ¡con Dios siempre ganamos!