15/04/2015
15 de abril
BEATO PADRE DAMIÁN
Gandhi se pregunta sobre la fuente del heroísmo de este misionero belga que renueva el gesto de San Vicente de Paúl yendo a compartir el destino de los leprosos de las islas Hawai.
Contaminando, muere en 1889, en aquella época, la de los grandes avances misioneros y coloniales. Su nombre es comparable, hoy, al de la Madre Teresa de Calcuta.
Bernard Couronne, de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, Traza aquí el itinerario espiritual que llevó a Damián de Veuster, joven misionero flamenco, a seguir su ardor por el evangelio hasta la identificación con los más desheredados en alma y cuerpo de su tiempo. Enfermo, condenado, dos años antes de su muerte, el padre Damián escribe “La alegría y la satisfacción del corazón hacen que me crea el misionero más feliz del mundo”.
Los últimos días del Padre Damián, los describe el padre Wendelin Moellers, que se encontraba en el lugar: “el sábado 23 de marzo seguía aún, como de ordinario, activos yendo y viniendo. Era la última vez que le veía así.
Desde el 28 de marzo no dejó ya su habitación. Aquel día dispuso sus asuntos temporales.”