#14Oct | «Bolívar Libertador», por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Simón Bolívar le solicitó al congreso de Nueva Granada que le entregara un ejército con el cual planeaba liberar a Venezuela. Todos estuvieron de acuerdo, pero a condición de que primero liberara a algunas de las regiones de la actual Colombia.
La campaña admirable comandada por Simón Bolívar fue una acción militar enmarcada dentro de la guerra de independencia de Venezuela, y apoyada tanto militar como económicamente por el gobierno de las provincias unidas de la Nueva Granada. Así se consiguió la emancipación del occidente de Venezuela.
Al legar a la ciudad de Mérida el 23 de mayo de 1813, el pueblo lo aclamó como libertador; esta fue la primera vez que lo llamaban así, de allí pasó a Barinas y al llegar a Trujillo escribió el decreto de guerra a muerte y siguió avanzando.
A su paso por la cordillera de los Andes junto con su ejército sufrió todos los embates propios de las condiciones geográficas de la región. Bolívar fue liberando los pueblos de occidente tratando de digerir la barbarie cometida por los realistas en estas poblaciones después de la pérdida de la primera república. El avance de Bolívar continuó hasta que llegó a la ciudad de Caracas el 6 de agosto de 1813. El 30 de septiembre de 1813 Bolívar envió las tropas del coronel Atanasio Girardot, del general Rafael Urdaneta y del militar colombiano D’Elhuyar, quienes consiguieron desalojar a los realistas. Lamentablemente, el coronel Girardot murió cuando lo alcanzó una bala de fusil cuando trataba de fijar el pabellón nacional neogranadino en la altura conquistada durante la batalla de Bárbula, en las afueras de Naguanagua, en el actual estado Carabobo, Venezuela.
El 14 de octubre de 1813 Bolívar redactó un decreto a raíz del cual el corazón de Girardot fue trasladado a Caracas y se celebró una recepción especial de los libertadores depositando el corazón en un mausoleo que se erigió en la Catedral Metropolitana de Caracas. Terminada esta ceremonia, ese mismo 14 de octubre de 1813, Don Cristóbal Mendoza, gobernador político de Caracas, reunió al ayuntamiento en el templo de San Francisco, ubicado frente a la Asamblea Nacional en la avenida universidad, esquina de San Francisco.
Estaban presentes las corporaciones civiles militares y eclesiásticas, allí el doctor Cristóbal Mendoza proclamó a Simón Bolívar capitán general de los ejércitos de Venezuela vivo y efectivo, con el nombre de “Libertador” y agregó: “este es un don que le consagra la patria a este hijo tan benemérito”.
Bolívar dijo en ese momento: “Me aclaman capitán de los ejércitos y libertador de Venezuela, titulo más glorioso y satisfactorio para mí que el cetro de todos los imperios de la tierra, lo he conquistado por mi tenacidad y mi celo, pero también gracias al valor indiscutible de José Félix Rivas, Rafael Urdaneta, Atanasio Girardot, D’Elhuyar, Campo Elías, y los demás oficiales y tropas que son igualmente ilustres libertadores”.
Esta proclama tan importante y significativa para Simón Bolívar como el Libertador, fue realizada en la iglesia San Francisco, a los pies de la madre de Dios con el nombre de la virgen de la soledad, porque nuestros patriotas eran hombres y mujeres creyentes en Dios, y ¡con Dios siempre ganamos!
