#14Dic | San Juan de la Cruz, por María García de Fleury - 800Noticias
800Noticias
Religión

Por: María García de Fleury

San Juan de la Cruz nació en Fontiveros, Ávila, España, el 24 de junio de 1542. Entre 1559 y 1563 estudió con los Jesuitas, durante los primeros tres años recibió una formación según una novedosa forma de pedagogía que se llamaba las ratio studiorum en la que el latín era la base de todo. Al mismo tiempo, vivió las nuevas corrientes del humanismo cristiano que renovaron la pedagogía en lo que a estilo y comportamiento se refiere.

A los 21 años, cuando era 1563, ingresó a la congregación religiosa de los Padres Carmelitas de Medina y adoptó el nombre de Fray Juan de San Matías. Estudió en Universidad de Salamanca. Era rígido y severo consigo mismo y, por supuesto, también con los demás.

Llevaba una vida recogida, de oración y de estudio. En ese entonces conoció a Santa Teresa de Jesús quién influyó notablemente en su obra y con quién colaboró para reformar la orden del Carmelo. Desde ese momento se hizo llamar “Juan de la Cruz” y fundó el primer convento de los Carmelitas Descalzos.

Santa Teresa de Jesús lo llamaba “mi medio fraile”, por su estatura física, era chiquito. Asumió la tarea de reformar la rama masculina de la orden del Carmelo y a raíz de esto se estableció un conflicto entre los Carmelitas calzados y los descalzos, por lo que fue incluso encarcelado durante 9 meses en un convento en Toledo, acusado de apóstata.

Mientras estuvo en prisión comenzó a escribir su poesía mística que ejemplifica, desde una bella y musical disposición lírica, el contacto espiritual del poeta con el sentir del creyente.

San Juan de la Cruz incorporó en sus poesías experiencias tan personales y profundas como las de Santa Teresa y es con ella la cima más alta de la mística española.

Juan de la Cruz se escapó de la prisión en el verano de 1578 y regresó a sus actividades religiosas en Andalucía.

El núcleo más perdurable de su obra se encuentra en tres poemas que fueron publicados después de su muerte: “La noche oscura del alma”, “El cántico espiritual” y “La llama de amor viva”, todas ellas tienen sus respectivos comentarios que presentan una versión razonada y doctrinal de sus vivencias.

La influencia de la Biblia es fundamental en su poesía, pues actúa como molde y catalizador del resto de las lecturas que conforman toda su obra. Particularmente resulta trascendental en el cántico, cuyo simbolismo en imágenes tienen su origen en el “Cantar de los Cantares”.

Una de las frases más conocidas de San Juan de la Cruz es “en la tarde de la vida te examinarán en el amor”. Otra es “aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición”.

Juan de la Cruz falleció el 14 de diciembre de 1591, a los 49 años, estaba viviendo en ese tiempo en Úbeda, en la provincia de Jaén, y en su muerte ya tenía una gran fama de santidad y sabiduría de las que dan testimonio sus preciosos escritos espirituales. Sus restos reposan en el convento de los Carmelitas Descalzos de Segovia.

Amigos, San Juan de la Cruz entregó su vida por completo a Dios porque él sabía que ¡con Dios siempre ganamos!