#12Nov | «Obediencia, disciplina», por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Las leyes son necesarias para mantener orden dentro de la sociedad, para no vivir en la anarquía. Si no hubiese leyes, normas y reglamentaciones, cada uno haría lo que quisiera. Imagínense nada más el tránsito de una importante avenida donde se pudiera circular de cualquier manera, en todos los sentidos, de todas las formas posibles, independientemente de poder estacionar donde quisieras y como se te ocurriera, ¿Cuánto crees que esto duraría?
Si con leyes y ordenanzas a veces el transito se hace más que pesado, ¿Qué sería sin ellas?, ahora vamos a compararlo con una sociedad totalmente desorganizada, ¿Cómo tendrías la seguridad de obtener alimentos, atención médica, medidas de seguridad trabajo, sin leyes ni disciplina?, todo sería un caos. De la misma forma un apostolado sin disciplina es como querer correr un maratón sin habernos entrenado, las leyes permiten la disciplina, el orden, todo lo que hagamos en la vida requiere disciplina.
Dios estableció 10 mandamientos para crear orden y disciplina en la sociedad y entre los pueblos. Cuando Jesús estuvo en la tierra un intérprete de la Ley le preguntó: “Maestro cuál es el mandamiento más grande? Y Jesús le dijo: “Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con toda tu mente, este es el primero y más grande de todos los mandamientos, y el segundo es semejante a este, amarás a tu prójimo como a ti mismo, de estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”.
Otro día le volvieron a preguntar y Jesús respondió: “Ya sabes los mandamientos, no cometerás adulterio, no mates, no robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre, y además nuestro interior lo dicta, hacer el bien y evitar el mal”. Los mandamientos crean disciplina en la vida de cada uno, obedecer sólo tiene sentido y plenitud cuando de las intenciones se pasa a los hechos, Dios jamás pedirá algo que este fuera de nuestro alcance, algo que no podamos darle, podrá parecernos humanamente imposible pero no, el que ama solo pedirá al amado más amor.
San Juan dice, “Cristo se humilló a si mismo obedeciendo hasta la muerte, y muerte de cruz”, en efecto, así como por la desobediencia en un solo hombre todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.
Amigos nadie puede dar lo que no tiene, por eso podemos afirmar la frase que dice: “Quien nunca aprendió a obedecer, nunca aprenderá a mandar, y siendo el mayor de los mandamientos amar a Dios sobre todas las cosas, es necesario reconocer que es mucho más importante obedecer a Dios antes que a los hombres, porque Dios es nuestro creador, es el todopoderoso y ¡con Dios siempre ganamos!