#11Oct | «San Juan XXIII», por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Angelo Giuseppe Roncalli, el hombre que se convertiría en el papa Juan XXIII, nació en una familia de agricultores en el pequeño pueblo de Sotto il Monte, al norte de Italia, en noviembre de 1881.
Roncalli dejó su hogar para entrar en el seminario a los 11 años, en su última voluntad y testamento el papa Juan XXIII escribió: “Nací pobre, pero de gente humilde y respetada, estoy particularmente feliz de morir pobre, doy gracias a Dios por esta gracia de la pobreza a la que juré fidelidad en mi juventud, lo que me ha fortalecido en mi determinación de no pedir nunca nada, ni posiciones, ni dinero, ni favores, ni para mí, ni para mis familiares, ni para mis amigos”.
Cuando Juan XXIII murió, el 3 de junio de 1963, fue llorado en todo el mundo como el Papa bueno y dejó su fortuna personal a los miembros sobrevivientes de su familia, cada uno recibió menos de 20 dólares.
Durante la primera Guerra Mundial se desempeñó como ordenanza médica y luego como capellán militar. En la segunda Guerra Mundial, Monseñor Roncalli, ya era Obispo, y se desempeñaba como jefe de la misión diplomática del Vaticano en Turquía, luego en Grecia y Bulgaria. Mientras estuvo allí, ayudó a salvar la vida de miles de judíos que huían del Holocausto, especialmente niños, proporcionándoles visas de tránsito y otros trámites vitales que les permitieron salir de Europa.
En reconocimiento a sus esfuerzos, la fundación internacional Raoul Wallenberg solicitó a Yad Vashem, que es el Instituto del Monumento Oficial a las víctimas judías del Holocausto, que le dieran a Juan XXIII el título de “Justo de las Naciones”.
El papa Juan XXIII jugó un papel clave en la crisis de los misiles en Cuba, en octubre de 1962, con Estados Unidos y Rusia al borde de una guerra nuclear, el papa Juan XXIII ayudó a sacar a ambos países del límite instando al presidente John F. Kennedy y al líder ruso Nikita Jrushchov a actuar con moderación. Dijo: “Rogamos a los jefes de Estado que no permanezcan sordos al grito de la humanidad, paz, paz”, y logró desactivar la crisis.
El papa Juan XXIII conmocionó al mundo cuando convocó a un Concilio conocido como el “Concilio Vaticano II” que tenía como objeto el “aggiornamento”, es decir, la actualización de la Iglesia Católica a los tiempos modernos.
Sus encíclicas más famosas fueron, “La iglesia es madre y maestra”, que escribió en 1961, y luego la encíclica “Paz en la tierra”, escrita en 1963, que se considera como su testamento espiritual.
El papa Juan XXIII amplió el número de miembros del colegio cardenalicio y lo hizo más internacional, nombrando cardenal a obispos de Japón, África y Filipinas. Introdujo el idioma de cada país para reemplazar al latín en las misas de la iglesia, creó lazos entre la Iglesia Católica y la fe judía.
La fiesta del hoy papa San Juan XXIII se celebra el 11 de octubre por ser el día de la apertura del Concilio Vaticano II. Su gran llamado fue al “aggiornamento” de la Iglesia y a la paz en el mundo porque la paz es la voluntad de Dios y ¡con Dios siempre ganamos!
