«Yo este año no puedo pedir más», dice Rozalén en los Latin Grammy
EFE
La cantautora Rozalén cierra esta semana un año en el que se le han amontonado los reconocimientos: al Goya que ganó en marzo le siguió el Premio Nacional de Músicas Actuales y, ahora, defiende una nominación al mejor álbum de cantautor en los Latin Grammy.
«Yo este año no puedo pedir más. Si me dan el Latin Grammy… pues triplete», contesta a Efe la española, recién aterrizada en Las Vegas (EE.UU.) para participar en los eventos que organiza la Academia Latina de la Grabación.
En su visita al otro lado del Atlántico, la cantautora se ha encontrado con compañeros de profesión como Leiva, Love of Lesbian y Natalia Lafourcade, ha cenado con C. Tangana y Jorge Drexler y ha cantado en un homenaje al panameño Rubén Blades.
«La nominación te permite vivir esto», señala Rozalén en su segunda visita a los premios más importantes de la música latina tras su nominación de 2018 por el disco «Cuando El Río Suena…»
Tres años después, y gracias a «El Árbol y El Bosque», volverá a tener la oportunidad de llevarse a casa el gramófono dorado, por el que compite esta vez contra Mon Laferte, AleMor, Alex Cuba y Covi Quintana.
Sería la tercera medalla consecutiva del año para una artista que, a sus 35 años, siente que se lo están «dando todo antes de tiempo».
«Me da vergüencita, sí. El otro día me decía la gente ‘pues nada otra vez, enhorabuena’ -recuerda Rozalén-. Pero sienta que te cagas, porque es una manera de decir ‘estas currando mucho y tienes que seguir por ahí’, pero la mejor canción y el mejor disco aún están por llegar».
Hace unas semanas, la española se convirtió en la artista más joven en recibir el Premio Nacional de Músicas Actuales, un título concedido por el Ministerio español de Cultura que en otras ocasiones ha sido para artistas como Joan Manuel Serrat, Luz Casal, Amaral, Christina Rosenvinge y Kiko Veneno.
Sin embargo, el brillo de los premios y los focos no han cegado a María de los Ángeles Rozalén (Albacete, 1986), quien insiste en que lleva muchos más años «tocando en bares para 20 personas» que lo que está viviendo en los últimos, al hacerlo «ante miles».
«No cambiaría nada, mi proceso ha sido muy lento. A veces leo el currículum que llevo y digo ‘ostras parece que voy rápido’ pero yo me siento una recién llegada. Me queda mucho por decir y cantar», sostiene.
Por este motivo, Rozalén está encantada con la categoría en la que la Academia Latina de la Grabación ha incluido su disco, reservada a la canción de autor.
«Es que es lo que siento que soy, cuando tengo que ponerme una etiqueta me pongo la de cantautora», añade para luego celebrar que los festivales y las radios «han vuelto a poner el foco» en la música de autor.
En Las Vegas, la artista también ha atraído a los focos, pues ha sido una de las protagonistas de la semana al participar en el homenaje que los Latin Grammy han dedicado este miércoles al panameño Rubén Blades, con el título de Persona del Año.
Rozalén cantó junto a las españolas María Toledo y Beatriz Luengo una versión aflamencada de «El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés».
«Me puso más nerviosa eso que la nominación, ya me acordaré de que estoy nominada en su momento porque aún no tengo nada preparado por si gano», reconoce Rozalén. EFE