+FOTOS y VIDEO| TURQUIA| 265 muertos y 2.839 detenidos en un golpe de Estado fallido
EFE
El Servicio de Inteligencia de Turquía dio este sábado por fracasada la intentona golpista que ha vivido el país desde la tarde del viernes, aunque ha indicado que aún quedan algunas bolsas de resistencia por parte de los militares rebeldes, que serán juzgados por traición.
«Es una iniciativa idiota abocada al fracaso y se encuentra ampliamente bajo control», declaró por teléfono el primer ministro turco, Binali Yildirim, a la cadena de información NTV. La cifra de víctimas mortales como consecuencia de los enfrentamientos entre golpistas y seguidores de Erdogan han ido en aumento durante la madrugada.
El último balance, ofrecido por el primer ministro en la mañana del sábado, señala que han muerto 265 personas, de ellos 104 son golpistas. Además, 2.839 militares rebeldes han sido detenidos, entre los que se encuentran dos generales. Ocho hombres han huido esta mañana en un helicóptero militar y han aterrizado en la ciudad griega de Alexandroupolis, donde han pedido asilo.
Han sido también arrestados. A media tarde del viernes, unos inesperados movimientos de tropas en Ankara y el paso rasante de aviones militares sobre la capital crearon preocupación entre la población de la capital. En Estambul, se anunció el cierre los dos puentes del río Bósforo. Una facción del Ejército aseguró tener el control del país después de tomar la televisión pública, el aeropuerto internacional Ataturk, infraestructuras básicas como los puentes y el palacio presidencial.
Desde el principio, el primer ministro Yildirim admitió que se trataba de un golpe de Estado efectuado por un «grupo perteneciente a los militares», pero dejaba entrever que no lo apoyaba la cúpula. Los golpistas tomaron como rehén al jefe del Estado mayor,
Hulusi Akar, aunque fuerzas leales al Gobierno lograron rescatarlo a primera hora de este sábado y llevarlo a un lugar seguro. A través de la televisión, los militares rebeldes anunciaron que se había impuesto la ley marcial y el toque de queda. Mientras tanto, fuentes presidenciales contradecían estas palabras al asegurar, casi al mismo tiempo, que el presidente Erdogan, que se encontraba de vacaciones, y el Gobierno continuaban en el poder.
Aunque las autoridades llamaban a la calma y aseguraban que mantenían el control, lo cierto es que el Parlamento fue rodeado por tanques y alcanzado por una bomba lanzada desde un avión.
Además, se escucharon disparos en los alrededores del aeropuerto y explosiones cerca del edificio del Estado mayor. Miles de personas salieron a las calles en Estambul con banderas turcas, después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan convocara al pueblo a manifestarse contra los golpistas.
En un comunicado oficial, las autoridades decían que se trataba de un «ataque contra la democracia turca» y que la declaración de golpe de Estado «no había sido autorizada por el comando militar». Numerosos disparos y explosiones se escucharon en Ankara, cerca de la dirección nacional de Seguridad y enfrente de la sede de la televisión pública TRT, mientras que en Estambul hubo enfrentamientos entre soldados golpistas y manifestantes contrarios al levantamiento.
Además, se registró una fuerte explosión en el centro de la unidad especial de la Policía en la región de Golbasi en Ankara, en la que habrían fallecido al menos 17 agentes, informó la emisora CNNTürk, cuyas instalaciones fueron también ocupadas por un grupo de soldados golpistas.En una comunicación pública, el presidente Erdogan pidió a los turcos que salieran a la calle para responder al golpe de Estado.
«Insto a nuestra gente, a todo el mundo, a que llene las plazas del país para darle (al Ejército) la respuesta necesaria», manifestó Erdogan en declaraciones por videoconferencia a CNNTürk desde una ciudad costera del oeste del país, donde se encontraba de vacaciones con su familia. «Este golpe de Estado no tendrá éxito», lanzó entonces el presidente. «Van a recibir la respuesta de la nación y van a pagar un alto precio por actuar contra la nación. No les vamos a ceder el campo. Pronto vamos a eliminar esto», aseguró Erdogan, cuyo país es un miembro clave de la OTAN.
Erdogan llegó ya el sábado de madrugada a Estambul, donde fue recibido por una muchedumbre, que agitaba banderas turcas, según imágenes retransmitidas por televisión.
El presidente, desde el aeropuerto Atatürk, calificó el intento de golpe de Estado como «un regalo de Dios» que permitirá limpiar el Ejército. También aseguró que los golpistas, de los que dijo que eran solo un pequeño grupo, pagarán cara su «traición».
Erdogan afirmó que los militares «no pueden aceptar» su triunfo en la urnas.
El actual presidente llegó al cargo en 2014 con el 51,8% de los votos. Antes de eso, gobernó como primer ministro desde 2003 con sucesivas mayorías absolutas de su partido, el islamista AKP.
El jefe del Estado convocó a los mandos militares a «ser respetuosos con los valores de esta nación» y afirmó que hay miembros del Ejército recibiendo «órdenes de Pensilvania», en referencia a la residencia en el exilio de Fethullah Gülen, un influyente predicador islamista, antigua aliado del AKP y ahora enfrentado a él.
Dijo, además, que la intentona golpista prueba que son ciertas las acusaciones de terrorismo que lleva haciendo contra la influyente cofradía dirigida por Gülen, con muchos seguidores en las fuerzas de seguridad y la judicatura turca.