Vivir alquilado podría acelerar el envejecimiento biológico - 800Noticias
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Un estudio en el que se han analizado datos de 1.420 personas ha asociado el hecho de vivir de alquiler con un envejecimiento biológico más rápido en comparación con las personas que eran propietarias de su vivienda, pero lo que es más llamativo es que ha encontrado que esta asociación es más fuerte que la que se establece con otros factores de sociales y económicos que también podrían acelerar el envejecimiento, como estar en el paro en comparación con tener empleo, o ser un exfumador en comparación con no haber fumado nunca.

El trabajo ha sido realizado por investigadoras del Centro Australiano de Investigación sobre Vivienda de la Universidad de Adelaida (Australia) y de la Universidad de Essex (Reino Unido), que han utilizado datos sobre vivienda y metilación del ADN del Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido y de la de la Encuesta de Panel de Hogares Británica. Para estimar el envejecimiento biológico de los participantes analizaron muestras de sangre para observar la metilación del ADN, es decir, cambios químicos que pueden alterar la expresión de los genes.

En esta información epigenética influyen los factores ambientales y vivir de alquiler podría estar relacionado con aspectos negativos para la salud física y mental, como el frío, el moho, el hacinamiento, un mayor riesgo de lesiones o el estrés, entre otros. Sin embargo, como el estudio es observacional, no se han podido encontrar causas concretas aparte de esta posible correlación, y tampoco se ha establecido una relación causa-efecto, por lo que el simple hecho de ser inquilino no envejece, sino que serían otros factores relacionados con esta situación los que resultarían perjudiciales.

Las autoras evaluaron el impacto de diferentes factores que incluían, por una parte, los elementos materiales de la propia vivienda –tipo de construcción, disponibilidad de calefacción central, localización rural o urbana y contaminación del entorno, entre otros– y de la relación con las personas que la habitan –costes de la vivienda, atrasos en los pagos o ayudas–, y, por otra, características personales de los participantes (sexo, nacionalidad, nivel de estudios, tipo de dieta, peso, hábitos, estrés, etcétera).

Tras analizar los resultados en relación con el envejecimiento biológico, comprobaron que pagar un alquiler en el sector privado en comparación con tener la propiedad absoluta de una vivienda, sin hipoteca, fue el factor más determinante para la aparición de los signos de envejecimiento. Los hallazgos se han publicado en Journal of Epidemiology & Community Health.

Edad cronológica versus edad biológica

Una vez más se demuestra que el envejecimiento no tiene solo que ver con la edad cronológica de un individuo, sino que depende también del reloj epigenético al que afectan multitud de factores, incluido el estilo de vida. “El envejecimiento biológico (o reloj epigenético) es algo así como un reloj que indica cuál sería la edad de tus células y de tu cuerpo y es un concepto distinto del envejecimiento cronológico (la edad de una persona). Es decir, una persona puede tener 80 años, pero tener unas células que tienen rasgos y se comportan como las de alguien más joven. De hecho, hay estudios que indican que las personas que llegan a edades muy avanzadas tienen un envejecimiento biológico muy lento, es decir, a nivel biológico sus células son como las de personas más jóvenes (y probablemente por eso han llegado a edades tan avanzadas)”, explica Teresa Rubio Tomás, investigadora del Institute of Molecular Biology and Biotechnology (IMBB) de Grecia en declaraciones recogidas por SMC España.

Existen varias formas de medir este envejecimiento biológico mediante diferentes características de nuestras células, pero estudio de la metilación del ADN es una de las más fiables. “La edad de metilación puede reflejar la edad biológica, y la desviación con respecto a la edad cronológica real, marcada por tu fecha de nacimiento, está vinculada con el estilo de vida”, explica Mario Fernández Fraga, científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) a SMC España.

El experto considera que “este estudio es un ejemplo interesante sobre cómo nuestros genes interaccionan con el medio ambiente y con el azar para determinar lo que somos en cada momento de nuestras vidas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este es un estudio observacional y que, por tanto, no se demuestra una relación causa-efecto. Además, aunque los autores han tenido en cuenta otras variables (como el estado socioeconómico), no podemos descartar que haya otras implicadas que no se hayan tenido en cuenta”.

Con información de Web Consultas

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