Violeta Friedman, la lucha contra el negacionismo del Holocausto en España
EFE
En 1965, con 8 años de edad y recién llegada a España desde Venezuela, Patricia Weisz sabía que su madre, Violeta Friedman, era una mujer fuerte y luchadora, pero no tenía mucha conciencia de la historia que escondía su pasado hasta que en 1985 Friedman rompió sus casi 40 años de silencio.
El detonante fue el belga Léon Degrelle, un exjefe de las Waffen SS refugiado en España, que ese año, en una entrevista con la revista española «Tiempo» negaba el Holocausto e ironizaba sobre los campos de exterminio y efectuaba juicios antisemitas.
Violeta Friedman (Marghita, Rumanía 1930) era la prueba viva de que todo lo que negaba Degrelle fue real. Ella fue una de las supervivientes del Holocausto, en concreto del campo de exterminio Auschwitz II–Birkenau, adonde en 1944, con tan solo 14 años fue llevada junto a toda su familia. Sólo ella y su hermana salieron con vida de allí.
“Siempre decía que lo que había sufrida sufrido en Birkenau era una herida que nunca cicatrizaría”, aseguró a Efe Weisz con motivo del homenaje realizado este jueves a su madre por la casa Sefarad de Madrid por el nonagésimo aniversario de su nacimiento y el décimo de la Fundación que lleva su nombre y que preside, ahora, su hija.
Un antes y un después en España
Tras convertirse en un icono de la lucha contra el negacionismo del Holocausto en España, y después de casi siete años de batalla judicial contra Degrelle por haber atentado contra su honor y el de las víctimas de los campos nazis, en 1991 llegó la histórica sentencia del Tribunal Constitucional español consagrando los derechos al honor y a la verdad por los que peleaba.
La sentencia sentó doctrina constitucional y fue la antesala de la reforma del Código penal español en materia de racismo.
Esa lucha y trayectoria fueron recordadas hoy en el Centro Sefarad-Israel en Madrid, que, junto a la Fundación Violeta Friedman, estrenó en Youtube el cortometraje documental «La lucha de Violeta Friedman contra el olvido”, como parte de una serie de homenajes en la que participaron muchos de los que conocieron a una mujer «tan querida por todo el mundo», subrayó su hija.
La lucha de Friedman, fallecida en octubre de 2000, puso el foco de atención en el tratamiento del Holocausto en España, donde a partir de entonces negar su existencia fue considerado como delito. En 2003, además, fue aprobada la ley que establece «el estudio del Holocausto judío como hecho histórico» en los colegios.
Para Weisz, el trabajo de su madre rompió el silencio de las víctimas y marcó un antes y un después.
De los tribunales a las redes sociales
La batalla de Friedman en los tribunales se libra ahora en las redes sociales, y su hija celebra «con entusiasmo» la decisión de Facebook de prohibir los contenidos que nieguen o que informen de manera distorsionada acerca del Holocausto.
«Hace tiempo que eliminamos las publicaciones que elogian los crímenes de odio o los asesinatos en masa, incluido el Holocausto», señaló el pasado lunes el consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, en una publicación aparecida en su perfil en la red social.
La decisión de Facebook responde a lo que considera «un aumento del antisemitismo». Weizs asegura que también está notando el aumento de brotes antisemitas y racistas en España.
«Se están repitiendo hechos que han ocurrido al empezar la II Guerra Mundial», afirma la presidenta de la Fundación Violeta Friedman, que asegura que no le gusta el calificativo de «neonazi»: «no son neo-nazis, son nazis. Son los mismos que aquellos contra los que luchaba mi madre».
«La incultura y la ignorancia lleva a esos brotes”, dice Weizs, quien considera que la educación es una de las herramientas más importantes para cambiar el escenario; por eso, en la Fundación se promueven charlas y presentaciones en las escuelas.
El trabajo de la Fundación es «ser un granito de arena para sembrar y contar lo que ha ocurrido para que los jóvenes en un futuro no sufran hechos tan horribles».
“He perdido a toda mi familia. Nunca conocí a mis abuelos. Mis antepasados murieron en el Danubio o en cámaras de gas”, afirma con tristeza Patricia, que continúa con el legado de su madre en la lucha contra la banalización del Holocausto y la «falsificación de la historia».