+VIDEO|Mónica Bellucci, el gran momento del Festival de Donosti - 800Noticias
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EFE

Mónica Bellucci ha revolucionado las redes sociales con una foto en la que aparece desnuda a sus espléndidos 51 años y que ha sido censurada por Instagram, pero la actriz italiana resta importancia a la polémica y defiende que «siempre» será necesaria «la belleza».

Bellucci presenta la película «On the Milk Road», del director Emir Kusturica, que ha competido en la última edición del Festival de Venecia y está incluida en la sección Perlas del Zinemaldia, un certamen que ya visitó en 2012.

Tras llegar a la capital guipuzcoana, la actriz afronta su maratoniana jornada de entrevistas sin perder la sonrisa, ataviada con un vestido túnica color plateado que acentúa su aire de musa mediterránea, inalterable al paso del tiempo.

Tampoco le asusta el revuelo que ha causado su imagen nadando desnuda, que fue portada de la revista Paris Match y censurada en Instagram con unas estrellas en el pecho, después de que su autor, el fotógrafo Fred Maylan, la subiera a esa red social.

En una conversación con EFE, Bellucci afirma que «no es ridícula» esa actuación. «Hago muchas fotos, algunas más fuertes que otras, pero lo importante es que siempre necesitamos la belleza y debemos respetar», asegura.

La película con la que llega al Zinemaldia, «On the Milky Road», cuenta la historia de un lechero, al que da vida el propio Kusturica, que en plena guerra de los Balcanes cruza la línea del frente en un pueblo perdido de Serbia para transportar leche a los vecinos.

Los planes y las vidas de todos ellos quedan trastocados cuando aparece una bella italiana (Mónica Bellucci) con la intención de para casarse con un héroe de guerra local.

Bellucci cree que es un filme de «amor y de guerra» y en todo caso «no quiere ser una película política».

«Hay violencia, pero sobre todo es una obra poética, onírica, con una historia de amor en la que se muestra a dos personas que ya no van a ser jóvenes que se enamoran, porque el amor no es cuestión de edad sino de la energía» que une a dos personas.

«Contiene un mensaje de esperanza», afirma del trabajo que supone la vuelta al cine de Kusturica. El realizador de «Gato negro, gato blanco» retoma sus habituales elementos, música, escenas trepidantes y humor, pero en esta ocasión busca un esperpento que se hace estridente.

Para encarnar su personaje, Bellucci aprendió serbio -«es el idioma en el que halaban todos los actores del reparto»- con una profesora que, una vez finalizadas las clases y visto el resultado, ha reconocido que ella «habla un buen serbio». «El idioma es una forma de expresión, pero las películas son una forma de expresión corpórea», afirma.

No es la primera vez que Bellucci se afana en conocer otra lengua para meterse en un papel:, ya lo hizo en «Rhino Season», de Bhaman Ghabadi, una película de pequeño presupuesto que rodó en persa.

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