+VIDEO | Robert Mugabe recibe sepultura en su pueblo natal
EFE
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, fallecido el pasado día 6, recibió hoy sepultura en su pueblo natal de Kutama, a unos 85 kilómetros de Harare, tras semanas de disputa entre su familia y el Gobierno sobre el lugar del entierro del padre fundador del país.
Mugabe, que murió de cáncer a los 95 años el pasado día 6 en un hospital de Singapur, fue enterrado en una tumba junto a su madre, Bona, y su dos hermanos, Albert y Donato.
Antes del sepelio, se celebró una misa oficiada por varios sacerdotes durante más de dos horas en la que algunos de los doscientos seguidores congregados vestían camisetas blancas en las que se leía la palabra «Liberador» plasmada en negro.
El féretro del expresidente se expuso cubierto por la bandera nacional y custodiado por soldados de la Guardia Presidencial de Zimbabue.
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Robert Mugabe’s burial
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Un coro de colegiales interpretó canciones en honor de Mugabe, cuyos restos se colocaron bajo una carpa azul y blanca rodeados de coronas fúnebres, la palabra «papá» elaborada con flores y un retrato suyo.
El féretro reposaba ante una tarima en la que se alzaba un altar, bajo la atenta mirada de su familia, en la que destacaba la viuda del difunto, Grace Mugabe, vestida de luto, con la cabeza cubierta por una mantilla y visiblemente emocionada.
«Nuestros corazones sangran porque hemos perdido a uno de los nuestros (…). Siempre hablaremos de su legado», subrayó un sacerdote.
«Gushungo (nombre del clan de Mugabe), que tu alma descanse en paz. Amén», concluyó el cura.
El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, que regresó a última hora del viernes de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, no asistió a la misa, retransmitida en directo por la cadena de televisión local ZTN.
En un principio, estaba previsto que los restos de exmandatario descansaran el santuario del Acre de los Héroes Nacionales de Harare, un cementerio para héroes de la guerra de independencia de los años setenta con la minoría blanca que entonces dirigía el país.
Esa era la idea del Gobierno, que incluso había mandado construir un mausoleo a tal efecto, y se había llegado a un acuerdo con la familia Mugabe.
Sin embargo, el portavoz del Ejecutivo, Nick Mangwana, anunció el pasado jueves el cambio de planes «en línea con la política gubernamental de respetar los deseos de las familias de los héroes fallecidos».
La ubicación final de los restos del exgobernante había sido motivo de fuertes tensiones entre la familia Mugabe y el Ejecutivo liderado por su sucesor en la Presidencia, Emmerson Mnangagwa, una figura clave en las maniobras para derrocarle a finales de 2017.
Según la familia, Mugabe había expresado su deseo de ser enterrado en su pueblo natal, pero el Gobierno insistía en que los restos de Mugabe reposasen en el Acre de los Héroes Nacionales.
La gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF, el partido que fundó Mugabe) consideró hoy «de los más desafortunado» que el expresidente no recibiera sepultura en ese santuario porque supone «menospreciar al icono revolucionario».
El funeral oficial de Estado ya se celebró el pasado 14 de septiembre, con presencia de numerosos presidentes africanos.
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A pesar de su fama de dictador brutal que liberó a su país para después convertirlo en su propio feudo, en muchos países de África Mugabe todavía es venerado como un luchador icónico por la libertad del continente y contra el dominio colonial blanco.
En general, su régimen, que duró desde la independencia de Zimbabue del Reino Unido en 1980 hasta 2017, se caracterizó por la represión de sus opositores, las elecciones de dudosa credibilidad, la falta de libertades para su pueblo y una total ruina del Estado.
Dimitió forzado por un golpe militar no sangriento en noviembre de 2017 y, desde entonces, quedó políticamente aislado, pero con una vida cómoda garantizada y costeada por el Gobierno de Mnangagwa, quien en público siempre habló de él con reverencia.