+ VIDEO | Presentan en Madrid la polémica película erótica «El amante doble»
Efe /Ecodiario.es
El prolífico director François Ozon visita Madrid este lunes para presentar «El amante doble», un thriller protagonizado por Marine Vacht y Jérémie Renier que indaga en el deseo, el engaño y la dualidad, con el que compitió en la Sección Oficial de la pasada edición del Festival de Cannes y que se estrena el próximo viernes en los cines españoles.
«Hay muchos actores en Francia que no aceptarían hacer este papel», señaló el cineasta en rueda de prensa al referirse a Renier, que interpreta a Paul Meyer, el psicoterapeuta al que acude la joven Chloé (Vacht) y de quien se enamora.
«El amante doble», una adaptación libre de la novela «Vidas gemelas», escrita por Joyce Carol Oates bajo el seudónimo de Rosamond Smith, introduce al espectador en un juego de espejos cuando descubre que Paul tiene un hermano gemelo, algo que obsesiona a la protagonista.
El director reconoció que después de «Frantz» (su anterior filme, presentado en la Mostra de Venecia el pasado año), en el que la cámara estaba casi en segundo plano, en esta ocasión se ha introducido en el personaje de Chloé y el resultado ha sido una película «muy lúdica» para él en la que ha tenido «más libertad» a la hora de jugar con «reflejos».
Ozon, que reconoció haber traicionado a la autora de la novela en la que se inspira y quien aún no ha visto esta película, señaló que le film desarrolla un final diferente que va más allá del punto y final del texto original.
Agregó que en su objetivo por «aportar más» a la historia profundiza en trastornos fisiológicos que completan el mensaje de la cinta.
El director de «El amante doble», Concha de Oro en la edición de 2012 del Festival de San Sebastián con «En la casa», posee un prolífico currículum que justifica por su «amor» a contar historias. De hecho, ha avanzado que ya trabaja en su próximo proyecto: una película «muy oscura» cuyo rodaje está previsto para enero de 2018.
La sensualidad y el sexo son ingredientes principales de este filme y fueron posibles, en palabras de Ozon, gracias a la «química» de Vacht y Renier, lo que le permitió introducir cierta «androginia».
«Me gustó mucho rodar escenas de sexo porque no son fáciles. ¿Hasta dónde se enseña? ¿Qué se enseña? ¿Funcionará o aburrirá? Hay una línea muy quebradiza en estas escenas», admitió Ozon.
Renier, por su parte, señaló que aceptó este papel porque «Ozon no rueda de forma cruel», sino que «cuida a sus actores» y la «estética», no solo los cuerpos, algo que tranquilizó a los dos interpretes protagonistas.